El futuro inquieta, pero en el mundo implacable de los negocios los protagonistas de la nueva economía gozan de una clemencia poco usual. Ese es el caso de Elon Musk, cuyos primeros prototipos de Tesla hicieron pensar a los analistas que sus proyectos circulan a gran velocidad aunque sobre terreno poco firme. Pero el tiempo se ha acelerado.

El emprendedor posee un increíble talento para crear el acontecimiento. A finales de julio presentó en la fábrica de Fremunt (California), en una ceremonia que a muchos recordó la entrega de los Oscar en Hollywood, el Tesla Model 3, que tras los dos bólidos deportivos anteriores, los modelos S y X, va dirigido a un público más amplio. Los primeros compradores fueron empleados de la factoría.

En este caso, Musk se juega su futuro en la industria del automóvil. Cuenta con alcanzar un objetivo de producción de 500.000 ejemplares a partir de 2018, para los que ha aceptado reservas de compra en esas fechas. Esa apuesta será testada por Wall Street, donde Tesla está valorada en 52.000 millones de dólares por encima de General Motors.

Musk se juega su futuro en la industria del automóvil. Cuenta con alcanzar un objetivo de producción de 500.000 ejemplares a partir de 2018

Pero el multiempresario no se queda ahí, ni tan siquiera en el coche automático, sobre el que ha asegurado que todos sus automóviles "tendrán los equipamientos materiales necesarios para ser totalmente autónomos", algo que los expertos consideran lejano.

Con Space X, Musk quiere ir a Marte, el planeta rojo. El primer vuelo habitado deberá realizarse en 2025. El ingeniero piensa que la Tierra pronto no será habitable y trata de hacer del hombre un ser interplanetario. 

Mientras tanto, y para reducir distancias, prepara Hiperloop, un transporte interurbano ultrarápido que permite viajar a pasajeros en cápsulas deslizándose por levitación en tubos elevados, a velocidades dos veces superiores a las de un avión. Ante los escépticos, ha advertido que tiene un contrato verbal acordado con la Administración Trump para unir Nueva York y Washington en 29 minutos.

Hiperloop, un transporte interurbano ultra rápido que permite viajar a pasajeros en cápsulas deslizándose por levitación en tubos elevados, a velocidades dos veces superiores a los de un avión

El fundador de Tesla ha presentado igualmente en Australia un proyecto para la fabricación de una batería gigante de almacenamiento de energía renovable capaz de aprovisionar a 30.000 hogares en horas punta o en caso de fallo del sistema eléctrico, que hasta ahora funcionaba en un 63% gracias al carbón, cuyo predominio comienza a declinar.

Pero quizá aún llama más la atención el proyecto de su nueva start up Neuralink, que desarrolla una tecnología que permite aumentar las capacidades del cerebro humano y comunicar con las máquinas. Elon Musk teme que la inteligencia artificial supere a la inteligencia del hombre y las "máquinas pensantes" se vuelvan contra él. Creer que se puede construir una máquina más inteligente que tú es "un error darwiniano básico", dice el experto Nick Bostom.

No obstante, en Dusseldorf, donde en 2015 se celebró "la primera feria mundial del ciborg", Musk dijo en 2015 que "vamos a hacerlo y realmente vamos a por ello". Según algunos participantes, en la feria había gente con imanes, chips y otros dispositivos implantados en dedos o brazos. Ante la negativa de los médicos, la cirugía es llevada a cabo por veterinarios y tatuadores. Cualquiera que esté interesado en estas cuestiones ya tiene una pista para seguir la posible evolución del cíborg. De hecho, ya hay tatuajes con música.