La frase se atribuye a Sócrates, pero fue Platón quien dejó testimonio escrito de la reflexión de su maestro que desde joven destacó por su facilidad de palabra y solía cuestionar la sabiduría de aquellos que se creían saber mucho, haciendo en ocasiones el papel de ignorante que cuestiona a los sabios para dejarlos en evidencia ante la incongruencia de su afirmación. De ahí la célebre frase “sólo sé que no sé nada”, que es un extracto en realidad de otra más larga: “Sólo sé que no sé nada y, al saber que no sé nada, algo sé porque sé que no sé nada”.

Cambien la Grecia clásica por la España de la corrupción, a Sócrates por Rajoy y la impostada torpeza de Sócrates ante quienes creían saberlo todo por un sobrado y arrogante Rajoy para el que “hacemos lo que podemos" significa que “no hicimos nada”. Ahí lo tienen, el presidente del PP haciéndose el profano o creyendo que ser español es sinónimo de iletrado. ¿Hacemos lo que podemos es no hacer nada?

Eso ha dicho ante el tribunal que juzga la Gürtel, ese caso de corrupción sobre el que todo es mentira salvo algunas cosas. Pues eso dijo el ciudadano Rajoy no sin cierta displicencia y chulería ante los letrados que le interrogaban, unos con más soltura que otros: “Las cosas son como son y a veces no son como a uno le gustaría”.

A estas alturas no hay español que no crea que al Rajoy del “solo sé que no sé nada” hay que añadirle “pero algo sé”

No, señor presidente, a los españoles y a España no les gusta, en absoluto, que el partido que gobierna el país se haya financiado ilegalmente —con la presunción por delante— durante 30 años; ni que el tesorero de su partido tenga una cuenta en Suiza con más de 40 millones; ni que la “mafia” de Correa y el Bigotes hiciera negocio con el dinero de nuestros impuestos y ustedes, los del PP, lo fomentaran y lo permitieran; ni que un presidente del Gobierno envíe mensajes como el de “Luis sé fuerte. Hacemos lo que podemos”; ni que nadie haya asumido responsabilidad política alguna; ni mucho menos que nos tomen por idiotas… Usted sabe más de lo que ha dicho.

El ciudadano Rajoy, que en ocasiones confundió su declaración con un rifirrafe parlamentario y que a punto estuvo de rozar la arrogancia con tanta mofa hacia los letrados que le interrogaron, ha podido salir vivo de su trance ante la Audiencia, pero a estas alturas no hay español que no crea que al Rajoy del “sólo sé que no sé nada” hay que añadirle “pero algo sé”.

Porque, pese a lo dicho en la sala, no se enteró de los millones de Bárcenas por la prensa, sino por las autoridades suizas; porque el PP sí hizo todo lo que pudo para proteger a su extesorero y no sólo con sueldo, coche y despacho, sino pidiendo además la nulidad de la causa para que todos los imputados de la Gürtel fueran absueltos y porque cobró sobresueldos en negro. ¿Hace falta más para comprobar que el ciudadano Rajoy algo sabe, aunque no lo dijo, de todo esto y que mintió bajo juramento ante un tribunal? ¿Hasta cuándo y hasta dónde tanta indignidad? La Marca España no era eso.