En el Imperio del Sol Naciente vuelve a destellar la luz de la recuperación después de un largo y sombrío periodo de retroceso económico y de deflación. Y no solo eso: el país de las geishas y la alta tecnología avanza una mejora del comercio internacional contra el temor generalizado de que se contraiga a causa del proteccionismo.

El martes, el Banco de Japón (BoJ) mejoró su perspectiva sobre la economía nacional por primera vez durante el mandato del actual gobernador, Haruhiko Kuroda, lo que refleja el optimismo generado por la aparición de un ciclo global que parte de EE. UU. y se basa en la reflación, que consiste en buscar un mayor crecimiento y una mayor inflación.

De hecho, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, fue el primer líder internacional en reunirse, el 18 de noviembre, con Donald Trump, quien ha puesto reparos a los acuerdos comerciales de EE. UU. en Asia. Pese a ello, Abe salió del encuentro con un mensaje optimista y agregó: "El señor Trump es un líder en quien puedo tener una gran confianza".


El siguiente paso ha sido protagonizado por el BoJ. Al cierre de su reunión mensual, en la que mantuvo el tipo de interés en el -0,1%, el banco central publicó un informe en el que consideró probable que "la economía de Japón vire hacia una expansión moderada". Desde que Kuroda llegó al cargo en marzo del 2013 es la primera vez que la entidad emplea el término "expansión" en vez de la tradicional previsión de "recuperación".
En el mercado de trabajo, la economía nipona disfruta de una tasa de pleno empleo.

 Sobre todo Kuroda y sus consejeros esperan que las exportaciones sigan una estela de "incremento moderado" gracias a la mejoría del panorama global.

La balanza exterior de Japón mejoró fuertemente en noviembre debido a la rápida caída del yen (que se intercambia a 114 unidades por dólar) y una recuperación de la demanda externa, que superó las expectativas. Las exportaciones el mes pasado subieron un 7,4% frente a las cifras de hace un año, en una señal de que la demanda externa está aumentando. Las autoridades económicas están cada vez más confiadas de que el comercio mundial está saliendo de la crisis.

"La debilidad del yen ayudó mucho, pero los volúmenes muestran que hay una verdadera recuperación en las exportaciones", dijo Shuji Tonouchi, economista sénior de mercado de Mitsubishi UFJ Morgan Stanley Securities.

La apertura de Japón al exterior no se reduce a la fabricación de productos, como automóviles o aparatos electrónicos, sino que se está ensanchando y orientando hacia una economía de servicios y lo inmaterial, la nueva prioridad de la Abenomics en términos sectoriales. El japonismo actual se basa en mangas, dibujos animados, juegos de vídeo, Pokémon, los restaurantes de sushi, entre otras especialidades. Es la base de soft power japonés, que hace olvidar los "dos decenios perdidos" o el desafío demográfico.

Entre China y Japón comienza una nueva fase de competencia, en que el factor de cercanía u hostilidad con EE. UU. va a jugar un papel importante. Como dato cabría mencionar el hecho de que Japón ha superado a China en la primera posición entre los tenedores de deuda americana. A finales de octubre, China poseía 1,12 billones de dólares de deuda estadounidense, su nivel más bajo en más de seis años, y Japón, 1,13 billones, según el departamento del Tesoro americano. Los tiempos cambian en todos los sentidos. Y en los países más tradicionales de una Asia en auge, también.