Tal día como hoy del año 1919, hace 98 años, las fuerzas representativas de los trabajadores -con un papel destacado de la CNT- celebraban un mitin en la plaza de toros de las Arenas, en Barcelona, para desconvocar la huelga de la Canadenca, que había tenido un seguimiento mayoritario en muchos sectores de la sociedad y que había dejado Barcelona sin luz y sin transportes públicos durante varios días. La huelga de la Canadenca fue una gran demostración de fuerza y de cohesión de la clase trabajadora ante las coacciones, las amenazas y los despidos indiscriminados tanto de la empresa, como de la patronal catalana en general.

La Canadenca era el nombre popular que recibía un entramado de empresas del sector energético en Catalunya, liderado por la Barcelona Traction, Light and Power Company Limited, de capital canadiense. En este entramado había también empresas de transporte público -Tranvías de Barcelona y Ferrocarriles de Catalunya- y los operadores eléctricos -Barcelonesa de Electricidad y Saltos del Segre- que suministraban energía a todo el país. Y había también la Ebro Irrigation and Power, donde empezó la huelga, propietaria de los embalses de la Noguera Pallaresa y de buena parte del aparato de riego de la llanura de Lleida. La huelga afectó, principalmente, a Barcelona y a Lleida.

La Ebro había introducido unos cambios que implicaban una rebaja salarial. La dirección reaccionó a las protestas de los trabajadores con despidos indiscriminados. Fue el principio de un gran movimiento que condujo a uno de los hitos más relevantes del obrerismo catalán: la jornada de 8 horas. Todas las empresas del entramado secundaron la huelga, y al cabo de pocos días se sumaban trabajadores de todos los sectores económicos. Barcelona quedaba completamente paralizada. El gobierno español, presionado por una patronal catalana asustada, aceptó las reivindicaciones de los trabajadores, y Catalunya se convertía en el primer país de la Europa occidental en aplicar la jornada laboral de 8 horas.