Reafirmando que abandonará la presidencia de la Generalitat en el próximo curso político, Carles Puigdemont no solo ha atado inexorablemente su mandato al referéndum de autodeterminación, sino que ha dinamitado cualquier tentación terceraviísta de Convergència, excluyendo el chantaje emocional con el que algunos pedecatistas pretendían hacerlo cabeza de filas una vez fracasada o no aplicada la votación.

El president Puigdemont ha entendido que el futuro de su partido –y de Junts pel Sí en general– depende del éxito en la consecución del referéndum. Los españoles no se cansarán de promocionar un nuevo gobierno de Esquerra atado por un pacto con los comuns o un Pedecat manso, pero espero que Junqueras entienda que el fracaso de no hacer la votación también recaerá en él, visto que su partido domina el ejecutivo y el presupuesto como nunca antes había sucedido. De hecho, para que la cosa del referéndum fuera firme, sería más que oportuno que los setenta y dos diputados del religaran su continuidad política a la consecución de poner las urnas y aplicar el resultado que estas ordenen. Solo así, a imitación del president Puigdemont, el pueblo catalán y la comunidad internacional se pondrían realmente en guardia.

El 'president' Puigdemont ha entendido que el futuro de su partido –y de Junts pel Sí en general– depende del éxito en la consecución del referéndum

Hemos transitado de el pas al costat al paso adelante, de la renuncia del mártir al compromiso político del presidente por accidente. La noticia es buena porque, a diferencia de Mas, Puigdemont no espera sino que acelera el compromiso y asume responsabilidad sin tener nada que perder, como hacen los políticos honestos. Ahora solo hace falta pasar del simulacro del 9-N al referéndum de autodeterminación efectivo: lo único distinto en este es el hecho que nuestros políticos quieran arriesgarse realmente a ofrecer la mejilla ante lo que suceda. Europa no vive entusiasmada con la lucha por la independencia de Catalunya, pero el continente no restará impasible ante el caso de una región europea donde setenta y dos diputados pueden ser inhabilitados o encarcelados por la sola intención de fomentar la participación democrática. Romper los huevos es lo más sensato que pueden hacer nuestros líderes hoy en día.

Del pas al costat al paso adelante. El president ya ha escogido. Y vosotros, los setenta y un diputados más que decís representarnos, ¿qué haréis?