Como saben perfectamente todos nuestros diputados por mucho que no lo admitan, la independencia de Catalunya no depende ni dependerá en esencia de una ley de Transitoriedad Jurídica, que como todo código legal sin una autoridad que lo sustente y legitime es un simple saco de papeles sin ningún tipo de valor. Los últimos días de este 2016 que ya hemos abandonado nos han regalado lo mejor del procesismo, con un recital de secretismo y de cursilería que se traduce paradigmáticamente en esta mandanga que Junts pel Sí llama ley de la desconexión y que Marta Rovira presentó en el Parlamento creyéndose gemela de Thomas Jefferson.

Subsumir la independencia a unos cuantos folios que imaginan una futura legalidad catalana y presentar la ley estrella de la legislatura con un secretismo en susurro y de incógnito, escondiéndola así a los electores a los que afecta e interesa directamente, es de una cobardía oceánica. Hacerlo, a su vez, argumentando que uno actúa de incógnito para burlar las impugnaciones de la ley española es directamente tratar a la gente de retrasada mental, como si ya no tuviésemos suficientes pruebas de que el Tribunal Constitucional puede llegar incluso a declarar fuera de la ley el refranero nacional, quebranto de huevos y consiguiente tortilla incluidos.

Mientras los diputados independentistas actúen obsesionados en la reacción del sistema judicial español no saldremos del autonomismo

Mientras los diputados independentistas actúen obsesionados en la reacción del sistema judicial español no saldremos del autonomismo. Fantasear sobre las bases legales de un futuro Estado catalán cuando la mayoría de diputados pro-referéndum todavía no han iniciado la Campaña por el Sí es hacer retórica barata. Antes de declarar la independencia, Catalunya será el país con más constituciones y más previsiones legales del mundo, pero todo ello será papel mojado sin un acto de poder que dé musculatura de legitimidad al asunto. La seguridad jurídica que necesita el procés se llama referéndum: eso genera confianza, no cuatro disposiciones legales.

Subordinando el referéndum a un corpus legal que no tiene validez, los líderes independentistas copian los peores tics del funcionariado español. Nos hemos pasado años criticando la actitud legalista de Madrit y ahora la copiamos a pies juntillas. ¡Basta ya de burocracia, amigos políticos, son líderes lo que necesitamos! De momento, 2017 sólo puede ir a mejor.

Feliz año, pacientes lectores, sufridos ciudadanos de la tribu.