La manera más coherente de ser convergente hoy en día es ser anticonvergente. Es una idea que cuesta de entender porque la esencia de la realidad no se puede observar. La esencia de las cosas, justamente porque es profunda, actúa a un nivel que queda fuera del alcance del ojo humano. Su fuerza sólo se puede experimentar y utilizar de forma constructiva desde la intuición y la esperanza.

La derrota de 1714 traumatizó al país hasta tal punto de que todavía hoy muchos catalanes tienen problemas para entender que pasa a su alrededor, si alguien no se lo pone por escrito y les hace un mapa. No es casualidad que la misma semana en que 99 diputados del Parlamento han votado a favor de incriminar a Convergència por el caso Palau, El Periódico, el gran diario del cinturón rojo, haya dejado de salir a la calle por una huelga.

El edificio del autonomismo está en ruinas. Un articulista de La Vanguardia publicó un artículo bilioso cuando dije que los redactores de los diarios unionistas barceloneses están pagando con su sueldo la campaña contra el referéndum, pero es exactamente así. Mientras Catalunya no sea libre, la fuerza de la realidad irá arrasando todo lo que se interponga a su paso.

La vida siempre tiene razón. Por eso El Periódico naufraga mientras el Avui aguanta. Por eso Pedro Sánchez, con todas sus carencias, va ganando las primarias a todos los Països Catalans. Por eso la Policía Nacional no ha podido evitar poner de manifiesto que no tiene efectivos para controlar el aeropuerto del Prat, justo cuándo el gobierno de Madrid intenta hacer ver que tiene capacidad para retirar las urnas en Catalunya.

Los chicos del PDeCAT tendrán un papel importante en los próximos meses. No sé si los diputados del PP, del PSC y de Cs que han votado con la CUP inculpar a Convergència son conscientes de que están ayudando al independentismo. Convergència era junto con el PSC la principal válvula de escape de la tensión nacional que genera la ocupación española. Este es el único motivo que lleva al PP a mantener algunos puentes con el centroderecha catalán; si resucitara libre de hipotecas, el remedio sería peor que la enfermedad.

Por lo tanto, tarde o temprano los chicos del PDeCAT se encontrarán como los socialistas, con la necesidad de escoger entre su partido y su país. En los Pasos Catalans los socialistas han escogido su partido y por eso votan a Pedro Sánchez, porque son socialistas antes que españoles. En Catalunya, los chicos del PDeCAT tendrán que escoger entre su país o el entramado que todavía controlan los hombres de la vieja Convergència, estos que te envían gente a decirte que el referéndum está bien pero que la independencia es para dentro de unos diez años.