Al Ibex poco le ha durado la alegría matutina promovida por Trump y su promesa de rebaja de impuestos. La banca ha vuelto a pinchar y aun cuando ArcelorMittal ha tenido una jornada espectacular, al cierre el color dominante era el rojo.

Wall Street se ha ido arriba, como la Bolsa de Tokio de madrugada.  El anuncio de una reforma fiscal en tres o cuatro semanas que reduzca la carga fiscal de las empresas hizo que el Dow Jones subiera en los primeros compases por encima de los 20.200 puntos, un 0,30% más. Y eso aun cuando la confianza del consumidor según la Universidad de Michigan se haya debilitado.

El Eurostoxx también ha arrastrado los pies. La incertidumbre reinante en los mercados del euro ante las próximas elecciones en Holanda y, sobre todo, en Francia transforma rápidamente en ceniza cualquier ilusión.

En el Ibex, ArcelorMittal subió cerca de un 9% tras mostrar unas ganancias de 1,689 millones de euros en 2016. Fue de lejos el valor estrella de la jornada. FCC y Grifols le siguieron en la lejanía.

El petróleo Brent se apreció por su parte el 1,164% hasta 56,54 dólares gracias al optimismo reinante y a los buenos datos de importaciones de China, un mercado crucial para esta industria.

En comentarios entre inversores del Ibex se mencionó la huelga de estibadores por su impacto negativo en el sector exterior. La primera reunión entre Fomento y los trabajadores acabó sin acuerdo. La única buena noticia fue que el precio de la electricidad baja el lunes el 16,2% en el mercado mayorista. El que no se conforma es porque no quiere.