Theresa May seguirá siendo primera ministra del Reino Unido después de que haya cerrado un acuerdo de gobierno con el Partido Unionista Democrático (DUP) de Irlanda del Norte. May ha cerrado este pacto con el objetivo de permitir que los conservadores gobiernen en minoría con un apoyo externo.

May se ha reunido esta mañana con la líder del DUP, Arlene Foster, para cerrar los detalles de un pacto que permitirá a los tories contar con los diez diputados de esta formación para sacar adelante la iniciativa. La intención de la primera ministra británica era cerrar el acuerdo antes de este jueves, cuando Westminster votará el proyecto de gobierno de May para los próximos dos años.

A cambio de 1.000 millones

Los tories se han aliado con los unionistas del DUP, el partido más votado en Irlanda del Norte en las elecciones de junio. El precio a cambio del apoyo han sido 1.000 millones de libras extras para invertir en el territorio. Este dinero se invertirá, según han informado los unionistas, en hospitales, colegios e infraestructuras de la región.

Por otro lado, a parte de mejorar las condiciones de los servicios sociales, el DUP usará estas partidas para establecer bajos impuestos para las empresas.

El DUP, ultraconservador

Entre las múltiples opciones que tenía, a falta de diez diputados para alcanzar la mayoría absoluta, May ha decidido pactar con un partido ultraconservador y ultracatólico. El DUP es un partido contrario a los derechos del colectivo LGBTI y también se opone al aborto. "Peter no se casará con Paul en Irlanda del Norte", dijo recientemente la líder del partido, Arlene Foster.

Para hacerse una idea del radicalismo del partido es suficiente con mencionar que la formación aún aboga por las tesis creacionistas o, dicho de otra manera, sostienen que Charles Darwin estaba equivocado y que el evolucionismo es una falacia. El DUP no solo niega la evolución del ser humano sino también evidencias científicas como el cambio climático.

May sufre la minoría

May y los conservadores británicos tendrán que adaptarse y aprender a gobernar sin la mayoría absoluta que ostentaban hasta junio. Los tories ganaron las elecciones del pasado 8 de junio perdiendo la mayoría absoluta conseguida por David Cameron en 2015. El duro descalabro sufrido dejó a los tories con 318 diputados, frente los 331 conseguidos hace dos años.

Las dudas sobre la seguridad del Reino Unido después de los últimos atentados en Londres y Manchester, sumado al impulso de los laboristas en unas elecciones muy polarizadas, provocaron este mal resultado. Una mala estrategia que ha dejado a May en minoría y en manos de un partido ultraconservador.