Keith Palmer, el policía asesinado ante el Parlamento británico mientras intentaba detener al asaltante, es el héroe del día. En la inacabable sesión de florilegios de este jueves por la mañana en la cámara de los Comunes se ha citado más veces a Theresa May, la primer ministra, que a Keith Palmer, apuñalado mientras vigilaba el Palacio de Westminster, la misma sede donde diputadas y diputados exhibían su retórica gracias a personas como él. La vida continúa.

Continúa sin Palmer y sin que su sacrificio haya sido olvidado. A las 9.33 de la mañana, los comunes le han rendido un minuto de silencio. En un lugar donde sobre todo se dicen cosas —y qué cosas y de qué manera— de todas las formas posibles desde hace tantos siglos, un minuto de silencio debe ser el premio más honorable.

La hora del homenaje coincide con el número de placa del agente en la Policía Metropolitana de Londres: 933.

Corazón partido

Palmer, de 48 años, estaba desarmado cuando el atacante solitario llegó corriendo hacia él. Blandía dos cuchillos de cocina. Hay tres muertos más, incluido el mismo agresor, que envió a otras 29 personas al hospital después de atropellarlas antes de asaltar el Parlamento.

El policía estaba casado. Llevaba quince años en el cuerpo. Era miembro de la unidad de protección parlamentaria y diplomática. Antes había servido en la Real Artillería, donde coincidió con el diputado conservador James Cleverly:

“He conocido a Keith durante 25 años. Servimos juntos en la Real Artillería antes de que se convirtiera en policía. Un hombre encantador, un amigo. Tengo el corazón partido. Mis pensamientos están con su familia, amigos y colegas”, ha escrito Cleverly.

Nina, una compañera de Palmer, ha llamado a LBC Radio “para que todos sepan lo maravilloso que era. Yo lo conocía muy bien”, ha explicado esta agente. “De hecho, salvó mi vida en un accidente de coche, mientras estábamos de servicio cuando yo era agente de policía en 2007… Le debo todo”.

“Era un padre fantástico y un fantástico marido. Era divertido, alegre, delicado. Ya sé que cuando alguien muere todos dicen lo buena persona que era, pero es que él lo era realmente. Cuidaba de hacer bien lo que hacía, su trabajo.”

Por qué estaba desarmado

Palmer estaba desarmado porque era lo que le correspondía por turno. No todos los agentes que vigilan Westminster van armados. Eso depende de las tareas que deben desempeñar, explicó Mark Rowley, jefe de la unidad antiterrorista de la policía metropolitana a The Guardian.

Ken Marsh, presidente de la Federación de la Policía Metropolitana, ha lamentado que “este incidente muestre los peligros” a los que sus colegas se enfrentan. “Muestran una increíble valentía al proteger al público”.

Muchos políticos de la Cámara de los Comunes han alabado la valentía de Palmer al morir protegiéndolos. Theresa May ha dicho de él: “Fue un héroe completo y su acción nunca será olvidada”. La presidenta de la comisión de Interior, Yvette Cooper, que estaba en la cámara durante el ataque, declaró: “Gracias Keith Palmer, gracias a su valentía muchos le deben la vida”.

“Keith Palmer murió valientemente mientras prestaba su servicio, protegiendo nuestra ciudad y en el corazón de nuestra democracia de aquellos que quieren destruir nuestra forma de vida”, dijo el alcalde de Londres, Sadiq Khan. “Personificó a los hombres y mujeres valientes de nuestra policía y nuestro servicio de emergencia que trabajaron sin parar para mantenernos a salvo”, añadió.

Mientras se encontraba moribundo en el suelo, el policía fue asistido por varias personas. Entre ellas figuraba Tobias Ellwood, ministro júnior de Asuntos Exteriores, quien lo asistió en los primeros auxilios dándole respiración boca a boca y con masajes cardiacos. La historia conservará la imagen de Ellwood, con las manos y la cara ensangrentadas, tratando de salvar la vida de Keith Palmer junto al edificio del Parlamento: