Holanda se ha plantado y ha dicho no a la extrema derecha y a la xenofobia. El actual primer ministro, Mark Rutte, ha vuelto a ganar las elecciones consiguiendo 33 escaños, aunque con una bajada pronunciada de apoyos, y el Partido de la Libertad, del islamófobo Geert Wilders, no habría conseguido los resultados esperados y se quedaría con 20 diputados siendo el segundo partido más votado. Estos resultados darían un respiro a la Unión Europea, que vivía con preocupación el aumento de la ultraderecha en el continente, y que se había tomado las elecciones en Holanda como la primera prueba de fuego antes de las citas en las urnas en Francia y Alemania.

Con un 95% de los votos escrutados, la formación de Mark Rutte, la VDD, obtiene un 21% de los votos -33 diputados-, y disfrutará de prioridad para intentar formar Gobierno, a pesar de haber perdido 8 diputados con respecto a las elecciones del 2012. Esta merma en los resultados se debería a la impopularidad de las medidas de austeridad impuestas por su gobierno en los últimos años.

La formación de Wilders, en cambio, se ha quedado con 20 escaños, lo que supone un 13%. Aunque el ascenso de Wilders es destacable, ya que ha ganado 5 escaños, pasando de los 15 a los 20, las encuestas lo daban como ganador de las legislativas y con un porcentaje de voto bastante superior. Por este motivo, los resultados se ha interpretado como una gran victoria de Rutte ante los extremismos de ultraderecha.

De hecho, Rutte ha celebrado la victoria ante el "populismo equivocado" de Wilders.

Por su parte, Wilders ha asegurado que hará una fuerte oposición desde el parlamento holandés, ya que parece imposible que pueda entrar el ejecutivo porque la mayoría de partidos se han negado a pactar con su formación. En un mensaje en Twitter, ha destacado que Rutte no se deshará de él "tan fácilmente".

Formación de gobierno

Con respecto a los posibles compañeros de coalición de Rutte, podría optar por los democristianos del CDA o los liberales progresistas de D66, partidos que han quedado empatados en el tercer lugar, con 19 diputados cada uno, con una subida de seis y siete escaños respectivamente.

El quinto lugar se lo disputan el SP (Partido socialista, a la izquierda del laborista), que pierde un diputado y se queda en 14, y los Verdes de Izquierda, que han sido la formación que más ha subido en estas elecciones y pasa de 4 a 14 diputados. Los socialdemócratas del PvdA (Partido del Trabajo), que en los últimos cuatro años han gobernado en coalición con el VVD, han sufrido una derrota histórica y pasan de 38 a 9 diputados.

En total, entrarán 12 partidos en el Parlamento holandés, dos más que en el 2012. Con respecto a la participación, ha sido del 82%, mucho más alta que en las últimas elecciones legislativas cuando fue del 74,6%.

Con la mirada en Francia y Alemania

Las elecciones Holanda estaban en el centro de las miradas de toda Europa, por el miedo a que pudieran producir efecto dominó de la ultraderecha en todo el continente. Los resultados, sin embargo, parecen dar un respiro a la Unión Europea, después de unos meses difíciles después del Brexit, y una esperanza de cara a las próximas elecciones en Francia y Alemania.

Una victoria de la ultraderecha Holanda podría haber marcado el camino de lo que puede acabar pasando este año en Francia o Alemania. En Francia, el Frente Nacional de Marine Le Pen, parte como claro favorito en primera vuelta de las presidenciales que tendrá lugar en abril. Aunque en segunda vuelta parece que ganaría su contrincante, fuera quien fuera, ya nadie pone la mano en el fuego por las encuestas, después de los errores en los resultados del Brexit y en la victoria de Donald Trump.

Lo que pueda pasar en Alemania el próximo 24 de septiembre también será decisivo para la Unión Europea. Angela Merkel intentará renovar su mandato, después de 12 años al cargo. Su reelección no está asegurada, pero su principal rival no será un partido de extrema derecha, sino el socialdemócrata y europeísta convencido Martin Schulz. Eso sí, Alternativa por Alemania, el partido populista y contra la UE, podría ganar mucho peso según las encuestas, como ya hizo en algunas elecciones regionales en los Länder alemanes, como el de Mecklemburg-Anteporemania (nordeste), donde quedó por delante de Merkel.