El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha nombrado al exdirector del FBI, Robert Mueller, como "fiscal especial" para supervisar la investigación de la agencia sobre la instrusión rusa y los "asuntos relacionados", en una aparente referencia a los posibles lazos entre la campaña del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y el Kremlin.

En un comunicado, el vicefiscal general del FBI, Rod Rosenstein, ha dejado claro que "la decisión no es un hallazgo de que se han cometido delitos o de que una acusación está confirmada" y ha añadido que "lo que he decidido es que, en base a circunstancias únicas, el interés público requiere que ponga esta investigación bajo la autoridad de una persona que ejerza una cierta independencia de la cadena normal de mando". 

En este sentido, Rosenstein ha explicado que "el fiscal especial Mueller tendrá todos los recursos para dirigir una investigación exhaustiva y completa, y estoy seguro de que seguirá los hechos, aplicará la ley y alcanzará un resultado justo". 

Mueller ha acordado dimitir del bufete de abogados para el que trabajba a fin de "evitar conflictos de interés". Hasta el 2013, Mueller había sido el director del FBI durante doce años bajo las presidencias de George W.Bush y Barack Obama, hasta su retirada en 2013.