Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, ha acordado con Moon Jae-in, homólogo surcoreano, revisar el límite de desarrollo balístico del país asiático para ampliar su arsenal y hacer frente así a un posible ataque de Corea del Norte.

La Casa Azul de Corea del Sur, sede del gobierno, ha afirmado que "los dos líderes están de acuerdo en revisar el patrón balístico y acercarlo al nivel deseado por Corea del Sur, compartiendo la perspectiva de que es necesario reforzar las capacidades defensivas de Corea del Sur como respuesta a las amenazas y provocaciones de Corea del Norte", tal como recoge la agencia informativa Reuters.

Así pues, los surcoreanos se prevé que aumenten el volumen de carga nuclear disponible en su arsenal y la potencia de sus misiles, dejando en segundo término el Régimen de Control de la Tecnología de Misiles, acuerdo firmado en 1987 en motivo de la Guerra Fría que actualmente reúne 35 países y que limita el volumen de armamento misilístico que cada país puede acumular.

En relación con la intención de ampliar el volumen armamentístico de los surcoreanos, la Casa Blanca ha firmado que "Trump ha aceptado la inversión por parte de Cora del Sud de billones de dólares en equipamiento militar americano".

Este nuevo paso de ambas potencias en pleno conflicto con Corea del Norte supone un episodio más en la escalada de tensión que lo está caracterizando, reforzado también con mensajes como el de Trump avisando sobre que el ejército norteamericano está "preparado y cargado" ante una posible futura provocación de Corea del Norte.

Escalada de tensión

Después de meses de tira y aflojas, los episodios de confrontación entre los diferentes países han aumentado últimamente.

Durante esta semana, Corea del Norte envió un misil intercontinental que sobrevoló Japón y finalmente cayó al pacífico, y la semana anterior, Kim Jong-un, líder norcoreano, amenazó con destruir con misiles la isla de Guam, suelo norteamericano en el Pacífico.

Asimismo, Vladimir Putin, presidente de Rusia, afirmó que el conflicto entre las coreas se podría convertir en un "conflicto a gran escala", y que el diálogo es la única vía posible y factible para resolverlo, y el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, añadió que la solución del conflicto tendría que correr a cargo de los Estados Unidos.