Las autoridades de Arkansas (Estados Unidos) han ejecutado a un preso acusado de asesinato, una práctica que no se llevaba a cabo desde el año 2005. Lo han hecho bajo una gran polémica, se trata del primero de ocho condenados cuya muerte está programada para antes del 30 de abril.

El motivo de este calendario tan apretado, tiene que ver con que el Departamento de Correccionales de Arkansas tiene un suministro de fármacos midazolam, usado en la inyección letal, que caduca el día 30 de abril. El midazolam es uno de los tres componentes utilizados para matar a una persona mediante la inyección, un fármaco que ha provocado ejecuciones agónicas en el pasado.

El preso, Ledel Lee, era uno de los ocho condenados, pero no era el primero de la lista, era el quinto. A último momento una serie de decisiones judiciales permitieron la suspensión de las cuatro ejecuciones previas. Todavía no se sabe qué pasará con las siete restantes.

A partir de esta fecha, las autoridades americanas tendrán problemas para adquirir el producto, las empresas farmacéuticas que lo fabrican se niegan a suministrarlo en las prisiones que aplican la pena de muerte. Los 32 estados que permiten la pena capital se han visto obligados a buscar el fármaco en mercados alternativos y en el extranjero a causa del boicot.

Estas ocho ejecuciones en Arkansas llegan en un momento en que la pena de muerte en los Estados Unidos está en su nivel más bajo. El año 2016 murieron 30 presos, un 39% menos que el año anterior.