Tal día como hoy del año 1939, hace 78 años, el general Franco remodelaba el gobierno de España y se hacía pública la lista del primer consejo de ministros del régimen dictatorial después del fin de la Guerra Civil de 1936-1939. En aquel nuevo gabinete destacaba la figura de Ramón Serrano Suñer, cuñado del dictador, que pasaba a asumir dos de las trece carteras ministeriales: Gobernación —que compartiría con el general golpista Galarza— y Asuntos Exteriores —que compartiría con el, también, general golpista Beigbeder—. Serrano Suñer, al asumir dos carteras ministeriales estratégicas —sería el único—, se convertía, de facto, en el número dos del régimen franquista.

 

Serrano Suñer había nacido el año 1888 en Cartagena (Murcia), lugar de destino profesional de su padre, ingeniero de caminos del Estado. Era hijo del matrimonio catalán formado por Josep Serrano Lloveres, natural de Tivissa (Ribera d'Ebre); y por Carme Suñer Font de Mora, natural de Gandesa (Terra Alta). En el hogar familiar de los Serrano nunca se hizo uso del catalán. Serrano fue educado exclusivamente en castellano, y el únic contacto que tuvo con la lengua catalana fue durante las vacaciones escolares de su niñez en la casa de sus abuelos maternos. Nunca llegaría a tener competencia en catalán, aunque había afirmado en alguna ocasión que lo entendía.

 

Serrano Suñer sería un personaje político determinante durante la Guerra Civil y los primeros años de la dictadura. Tejió las alianzas entre los diversos grupos que participarían en la sublevación contra la República. Y promovió el acuerdo del régimen de Franco con el de Hitler y el de Mussolini. Plenamente conocedor de la práctica nazi de la solución final, ordenó que los exiliados republicanos detenidos en la Francia ocupada fueran derivados a los campos de exterminio. El 1942, coincidiendo con una serie de derrotas nazis en los campos de batalla, fue discretamente apartado del poder y su estrella política se apagó. Hasta entonces había sido el civil más poderoso del régimen franquista.