Tal día como hoy del año 1541, hace 476 años, el militar castellano-leonés Pedro de Valdivia fundaba la ciudad de Santiago del Nuevo Extremo. Los primeros oficiales de la expedición -los subordinados inmediatos de Valdivia- eran el gallego de origen vasco Pedro Sarmiento de Gamboa y el catalán Joan Jofré y Montesa. Las fuentes documentales no revelan el origen de Jofré, pero la investigación historiográfica lo relaciona con una familia de negociantes de la elite ampurdanesa muy próxima a los intereses politics de Fernando el Católico, y muy activa en la conquista y el reparto del reino nazarí de Granada (1492).

Gamboa recibió el encargo de dibujar el planeamiento de la futura ciudad y el reparto de las manzanas -las cuadras- entre los miembros que formaban la expedición. El plano se trazó en damero siguiendo el esquema clásico de las ciudades de nueva creación en la América hispánica. En cambio, Jofré recibió el encargo de formar el Cabildo colonial, un organismo que reunía las competencias de un ayuntamiento y de una gobernación, y que era el máximo órgano de representación política, militar y judicial de la colonia. Y también recibió el encargo de dirigirlo. El catalán Jofré fue el primer alcalde-gobernador de la ciudad de Santiago del Nuevo Extremo, actualmente Santiago de Chile.

 

Estudios recientes estiman que más de 100.000 chilenos son de origen catalán. Se calcula que unos 30.000 viven en la capital, muchos de ellos vinculados al Casal Català de Santiago, fundado en 1906. La mayoría llegaron al país durante el periodo entre 1860 y 1910, coincidente con el llamamiento de las autoridades chilenas a la población europea para estimular el crecimiento económico del país. En 1939 -concluida la guerra civil española- llegó un contingente de 500 catalanes a bordo del barco francés Winnipeg, que había alquilado el poeta Pablo Neruda (ex-cónsul de Chile en Barcelona) para evacuar a los independentistas catalanes exiliados por la tragedia de la guerra y de la dictadura franquista.

Mencionemos a algunas personas que ejercerían una gran influencia en la vida social, política y económica de la ciudad. Como los hermanos Grau, de Valldaneu (Osona), emigrados en 1889 y que construyeron la red de alcantarillado de Santiago. O el arquitecto Josep Forteza, de Barcelona, emigrado también en 1889, que fue titular de obras públicas del gobierno, diseñó edificios públicos emblemáticos y creó la primera Facultad de Arquitectura del país. O el también arquitecto barcelonés Germà Rodríguez-Arias, llegado con el Winnipeg, que creó una empresa de diseño de interiores, que sería referente nacional de arquitectura y decoración durante décadas.