Tal día como hoy del año 1940, hace 77 años, moría en Toledo (Castilla) Isidre Gomà i Tomàs, arzobispo de Toledo y cardenal primado de España. Durante la Guerra Civil de 1936-1939 fue la autoridad eclesiástica que lideró el apoyo de la Iglesia española al bando sublevado contra la República. Desde su posición justificó la durísima represión —en forma de privación de libertad y de ejecuciones sumarias— que hubo en la retaguardia del bando sublevado. Consagró la rebelión militar y la guerra contra la República concediéndole la categoría de cruzada y envió una carta al lehendakari Agirre excusando el fusilamiento de curas vasquistas.

 

Gomà i Tomàs había nacido en la Riba (Alt Camp) el año 1869, en una familia acomodada de ideología conservadora y tradicionalista. Estudió en los seminarios de Montblanc (Conca de Barberà), de Tarragona y de Valencia, y se doctoró en Filosofía, en Derecho Canónico y en Teología. A partir del hecho iniciaría una carrera fulgurante que lo llevó a la dignidad cardenalicia pasando por la rectoría de Valls (Alt Camp), a la dirección del Seminario de Tarragona y la mitra diocesana de Tarazona (Aragón). En el año 1933 era nombrado arzobispo de Toledo y en 1935 era confirmado como cardenal primado de España, donde destacó por su posición beligerante contra el gobierno de la República.

 

Consumada la sublevación militar y la división del territorio estatal español en dos mitades, Gomà i Tomàs, en su condición de cardenal primado, consiguió el reconocimiento de la Santa Sede al gobierno franquista de Burgos. Poco después del inicio del conflicto, Gomà i Tomàs se dirigió a los católicos españoles con unas encíclicas incendiarias que dejarían frases que han pasado a la posteridad: "¿La guerra de España es una guerra civil?; no, es una lucha de los sin Dios contra la verdadera España, contra la religión católica" o "El amor al Dios de nuestros padres ha puesto las armas en mano de la mitad de España (sic); el odio ha manejado contra Dios las de la otra mitad".