Tal día como hoy del año 1973, hace 44 años, Lluís Maria Xirinacs i Damians, entonces en situación de prisión preventiva en la Modelo de Barcelona a la espera de juicio acusado por el régimen franquista de "difusión de propaganda ilegal", iniciaba una huelga de hambre que se prolongaría durante cuarenta y dos días y que, a pesar de la censura informativa, tendría una gran repercusión social. Xirinacs, doctor en Filosofía, era un religioso comprometido con los movimientos cristianos de base y un destacado activista de la lucha antifranquista que militaba en las fuerzas políticas de la izquierda pacifista, independentista e impulsora del proyecto Països Catalans. El 1979 sería, con Félix Cucurull, el fundador del Bloc d'Esquerra d'Alliberament Nacional (BEAN).

En 1966 había sido marginado por las autoridades eclesiásticas por su participación en la Caputxinada, la reunión de profesores y estudiantes de la Universitat de Barcelona que acogió la constitución del clandestino Sindicato Democrático de Estudiantes. En 1968 había sido juzgado por un consejo de guerra, acusado de ser el inspirador del clandestino Frente de Liberación de Catalunya, independentista y marxista. Y el 1971 había sido uno de los impulsores de la Assemblea de Catalunya, la plataforma unitaria del antifranquismo. En la detención de 1971 se negó a declarar en otra lengua que la catalana y fue confinado en una prisión de Castilla. La de 1973 no era la primera detención ni la primera huelga de hambre. Pero sí que sería la que, hasta entonces, tendría más repercusión.

Xirinachs inicia una huelga de hambre por|para la libertad de los presos politics. Carta. Fuente Portal de información Libertad.cat (1)

La detención de 1973 había sido en el marco de una operación del Tribunal de Orden Público del régimen franquista que había llevado a la prisión a Xirinacs y a ciento trece personas más. A pesar de la férrea censura informativa y la fuerte represión social que practicaba el régimen franquista, los sectores más contestatarios de la sociedad habían puesto en marcha una campaña reclamando la libertad de los presos políticos. Xirinacs, en una carta clandestina que dirigió a la sociedad, explicaba que iniciaba la huelga de hambre en solidaridad a las campañas cívicas que reclamaban la libertad del presos políticos y en solidaridad a los ciento trece compañeros y compañeras encarcelados por "defender y tratar de ejercer los derechos, a recuperar las libertades nacionales, políticas y sindicales de los que están privados".