Tal día como hoy del año 1713, hace 304 años, Manuel Mercader y Josep Vicent Torres —figuras relevantes de la administración valenciana austriacista— creaban, en Barcelona, los regimientos de infantería Virgen de los Desamparados y de fusileros de San Vicent Ferrer, que se sumaban a la caballería del capitán de maulets Josep Marco. Estos cuerpos militares habían sido articulados por el general valenciano Joan Baptista Basset y estaban formados exclusivamente por valencianos que, después de la devastadora conquista borbónica del País Valencià —destrucción de Xàtiva, Alcoi, Alacant, Dénia, València y Vila-real—, se habían trasladado al Principat para continuar la lucha. Se estima que entre personal militar, auxiliar y familiares este colectivo sumaria unas 5.000 personas.

El año 1713 la Guerra de Sucesión hispánica (1705-1715) había perdido su contenido inicial. Los aliados internacionales austriacistas se habían retirado del conflicto. El País Valencià y Aragón habían sido ocupados y el Tratado de Utrecht dejaba Catalunya y Mallorca abandonadas a su suerte contra las Dos Coronas (las monarquías borbónicas hispánica y francesa). La resistencia a ultranza que votaron las instituciones catalanas convertía el conflicto en el último testimonio político de la vieja Corona de Aragón: "los regnes d'Aragó y València, que és just que considerem com a nostres germans, units per tantes centúries, companys en tantes conquestes, reprendran les armes y, fent últim extermini de ses vides, sacudiran tan insuportable servitud i ajudaran a la comuna empresa de la llibertat".

Los valencianos en el asedio de Barcelona de 1714. Grabado de Játiva antes de la destrucción borbónica. Fuente Ayuntamiento de Játiva

Grabado de Xàtiva antes de la destrucción borbónica / Ayuntamiento de Xàtiva

Los regimientos Virgen de los Desamparados y San Vicent Ferrer tuvieron una destacadísima actuación en el asedio de Barcelona de 1713-1714. A las órdenes de Rafael de Casanova que, en su calidad de conseller en jefe, ejercía como comandante de los ejércitos de Catalunya, defendieron heroicamente los baluartes de la muralla barcelonesa. Y la caballería de Josep Marco —extremadamente maniobrable— intervino en varias acciones en el Maresme y en el Camp de Tarragona que tuvieron una gran resonancia internacional. La tenacidad de los valencianos —y la de los catalanes y de los aragoneses— causó un enfado monumental al Borbón francés, que no entendió nunca como unos grupos de civiles armados eran capaces de humillar a los pabellones del poderoso ejército franco-español.