Tal día como hoy del año 1957, hace 60 años, salía al mercado el primer Seat 600. Había sido fabricado en la cadena de montaje de la factoría Seat del polígono barcelonés de la Zona Franca. La primera unidad saldría a la carretera pocos días después, el 8 de julio de 1957, con la matrícula de Barcelona placa B-141.141. Los primeros Seat 600 salieron con un precio de mercado de 65.000 pesetas de la época, el equivalente actual aproximado a 10.000 euros, y rápidamente se convirtieron en el vehículo –y en el símbolo– de las embrionarias clases medias españolas que se empezaban a articular después de veinte años de durísima posguerra.

El primer modelo de Seat 600 se llamó Normal. Era un vehículo inspirado en el Fiat 600 –que la factoría turinesa comercializaba desde 1955– diseñado por el ingeniero italiano Dante Giacosa. El 600 catalán tenía un motor posterior longitudinal de 633 centímetros cúbicos con una potencia de 21,5CV; que consumía 7 litros de gasolina de 86 octanos cada 100 kilómetros y que alcanzaba una velocidad punta de 95 km/hora. Su carrocería medía 3,30 metros de largo, 1,38 metros de ancho, 1,35 metros de alto y 2,04 metros de batalla (la distancia entre ejes). El habitáculo –pensado para cuatro plazas– tenía dos puertas con sistema de abertura tipo "suicida" –se abrían de delante hacia detrás–.

El Seat 600 se convirtió en el vehículo más habitual de las carreteras catalanas y españolas. Durante los dieciséis años que separan 1957 y 1973 la factoría de Zona Franca fabricó casi 800.000 unidades. Durante aquellos años se introducirían pequeñas modificaciones destinadas a mejorar las prestaciones del vehículo. Entre 1963 y 1970 el modelo 600 D sustituiría progresivamente el inicial modelo Normal. El motor pasaba a 767 centímetros cúbicos y 25 caballos de potencia y ganaba una punta de velocidad de 105 kilómetros/hora. Y finalmente entre 1970 y 1973 saldría el modelo 600 L –que sustituiría al 600 D– con una punta de velocidad de 115 kilómetros/hora.

Durante los dieciséis años del 600, se fabricaron también algunos derivados que no tendrían el mismo éxito, pero que también formaron parte del paisaje vial catalán del "desarrollismo" franquista. Serían el 600 Descapotable, el 600 Comercial –con los cristales posteriores cegados–, el Formichetta –una versión del 600 con una caja de furgoneta a la mitad posterior–, el 600 Playera –una versión buggy inspirada en el Mehari de Citroën– y el 600 Milton –una versión berlina inspirada en los utilitarios Opel– en sus versiones Tarraco y Ampurias. A partir del año 1966, la factoría de Zona Franca inició la fabricación del modelo 850 que progresivamente desplazaría el 600 de las carreteras.