Tal día como hoy del año 1955, hace 62 años, moría en Madrid el filósofo, docente y político José Ortega y Gasset, que había sido una de las grandes figuras de la intelectualidad española de la primera mitad del siglo XX. Al margen de su contribución a la disciplina académica de la Filosofía, destacó por su posicionamiento político en relación a la cuestión catalana, denominada "el problema catalán". En sus discursos, tanto en los cenáculos intelectuales madrileños como en las Cortes españolas, difundió sobradamente la idea de que la voluntad catalana de ejercer el autogobierno en plenitud era incompatible con el proyecto regeneracionista español.

Resultó elegido diputado en las Cortes en las primeras elecciones generales de la Segunda República (28 de junio de 1931) por el partido ASR —creado por él mismo y por los intelectuales Marañón, Pérez de Ayala y Machado. Su ideario quedó patente, especialmente, el año 1932 en los debates parlamentarios de aprobación del Estatuto de Autonomía catalán. Desde el atril del Congreso proclamó "el problema catalán es un problema que no se puede resolver, que sólo se puede conllevar; que es un problema perpetuo, que ha sido siempre, antes que existiese la unidad peninsular y seguirá siendo mientras España subsista".

Para "conllevar" el "problema catalán" sugirió limitar la autonomía catalana a una simple descentralización que se podría hacer extensiva al conjunto de regiones españolas. También proclamaría "es preciso raer de ese proyecto todos los residuos que en él quedan de equívocos con respecto a la soberanía; no podemos aceptar que en él se diga que el poder de Cataluña emana del pueblo (sic) amputemos esa extraña ciudadanía catalana". La influencia que Ortega y Gasset ejercía sobre destacados miembros del gobierno español —del PSOE— comportaría un recorte considerable del Estatut que, previamente, habían refrendado el Parlament y el pueblo de Catalunya.