Tal día como hoy del año 1855, hace 162 años, se fundaba La Maquinista Terrestre y Marítima, una de las fábricas pioneras de la Revolución Industrial catalana y una de las factorías más emblemáticas del proceso de proletarización de la sociedad barcelonesa. La Maquinista nacía a partir de la fusión de los talleres metalúrgicos Esparó y consocios y La Barcelonesa. En aquel acto tomarían parte los magnates de la industria catalana Ramon Bonaplata (descendiente de los fundadores del Vapor Bonaplata, la primera fábrica barcelonesa que utilizó la máquina de vapor), Josep Serra, José Antonio de Mendiguren y Joan Güell (que había hecho fortuna con el tráfico de esclavos).

La Maquinista se estableció inicialmente en el barrio barcelonés del Raval, pero el crecimiento continuo de la producción obligó a emplazarla en el barrio de la Barceloneta. En 1861 (seis años después) se inauguraban unos nuevos talleres entre las calles Maquinista, Sant Josep, Mina y Ginebra, que son considerados la primera factoría, propiamente, de La Maquinista. Las instalaciones de la Barceloneta ocupaban una superficie de 17.500 metros cuadrados que concentraban la tarea de 1.200 trabajadores. Desde el inicio fue la principal empresa de transformaciones metálicas del país y contribuyó, decisivamente, a las transformaciones sociales y culturales que impulsaba la industrialización.

Fundación de La Maquinista Terrestre y Marítima. Fábrica de Sant Andreu (1917). Fuente Amigos del Ferrocarril

Fábrica de Sant Andreu (1917) / Fuente: Amigos del Ferrocarril

La demanda creciente de obras metálicas, de maquinaria industrial, de motores de barcos o de locomotoras de vapor en la Barcelona de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, obligaron a los inversores a impulsar la segunda ampliación. En 1917, durante el gobierno de la Mancomunitat de Catalunya, se inauguraron las instalaciones de la antigua villa de Sant Andreu: una planta industrial que ocupaba 100.000 metros y que concentraba la tarea de 3.000 trabajadores. La Maquinista sería, hasta la dictadura franquista, uno de los principales focos de concienciación de la clase trabajadora y uno de los principales escenarios de reivindicación de los derechos del proletariado.