Tal día como hoy del año 1776, hace 241 años, el misionero franciscano Francesc Palou –nacido en Petra (Mallorca) en 1723– fundaba la misión de San Francisco de Asís, en la región de la Alta California, que sería el emplazamiento primigenio de la ciudad de San Francisco. Palou había llegado a la Alta California, entonces un territorio en el extremo norte del virreinato de Nueva España –actual territorio del Estado mexicano–, con una expedición colonizadora capitaneada por el militar leridano Gaspar de Portolà y por el fraile mallorquín Juníper Serra. Aquella expedición, que fundó veintiuna misiones, estaba formada exclusivamente por colonos de lengua catalana procedentes del Principat y de les Illes.

Aquella sería la primera incursión europea en el territorio oeste de los actuales Estados Unidos y Canadá. Formada en Ciudad de México, la capital del virreinato, Portolà y Serra armaron la Compañía Franca de Voluntarios Catalanes, que reunió a militares, médicos, cartógrafos, navegantes, naturalistas, clérigos y personal de apoyo. La nómina de aquella expedición estaba formada por apellidos como Montcada, Romeu, Solà, Pol, Soler, Perera, Moraga, Jorba, Puig, Pericàs, Picó, Constansó, Prat, Vila, Perés, Faulià, Crespí, Quimper, Font, Lasuén o Garcés. Y entre los mandos destacan los apellidos Fages, Alberní, Fidalgo y Callís.

El año 1782, seis años después de la fundación, el padre Palou desplazó la misión hacia otro lugar más protegido de la bahía. El año 1791 concluían las obras de la misión definitiva, y aquel conjunto constructivo, que continúa de pie, se convertiría en la edificación más antigua de la actual ciudad de San Francisco de California. Posteriormente, el año 1822, un grupo de balleneros ingleses –dirigidos por William Richardson– reconstruirían una parte abandonada de la misión –que corresponde al actual barrio chino– y la pequeña población construida en torno al edificio religioso ganaría en población y en diversidad, marcando el punto de inicio del desarrollo urbano de la actual ciudad.