Tal día como hoy del año 1911, hace 106 años, los presidentes de las diputaciones provinciales de Catalunya aprobaban, en Barcelona, las bases de un proyecto comunitario que contemplaba la creación de una única entidad que tenía que reunir los cuatro organismos provinciales catalanes. Este proyecto respondía a la demanda mayoritaria de la sociedad catalana de la época que, a partir de la idea de Manuel Folguera Duran (1909), aspiraba a la reconstitución de los órganos de autogobierno de Catalunya liquidados a sangre y fuego, dos siglos antes (1716), por el primer Borbón hispánico. Estas bases, una vez aprobadas, serían el texto que impulsaría la creación de la Mancomunitat de Catalunya (1914).

En aquel momento la composición política del Congreso de los Diputados, marcada por una importante presencia del catalanismo político, invitaba a sacar adelante el proyecto. Sumaban 22 de los 403 diputados, repartidos entre la Unión Federal Nacionalista Republicana (11), la Liga Regionalista (10) y los republicanos catalanistas de Francesc Macià (1). Y aunque el Partido Liberal del presidente José Canalejas tenía mayoría absoluta (215 escaños), mantenía una estrecha relación de colaboración con el catalanismo que le prestaba su apoyo en proyectos de reforma importantes que requerían la aprobación por parte de grandes mayorías.

Canalejas recibiría el texto el 8 de diciembre de 1911 y declararía que ni él ni la parte de su partido que controlaba se opondría a la tramitación del proyecto en las Cortes españolas. Pero en cambio, los sectores más unitaristas del Partido Liberal, liderados por Alcalá-Zamora —que veinte años más tarde sería el primer presidente de la Segunda República española— y Moret —que representaba las viejas glorias del partido que habían tenido destacadas responsabilidades de gobierno en el pasado— mostraron grandes reticencias. El asesinato del presidente Canalejas (12 de noviembre de 1912) y el nombramiento, en su lugar, del conde de Romanones retrasaría la aprobación de la ley hasta diciembre de 1913.