Tal día como hoy del año 1939, hace 78 años, un pelotón del ejército franquista fusilaba a Lluís Solà Padró, que había sido alcalde de Santa Coloma de Queralt (Conca de Barberà) durante la Segunda República, como cabeza de lista de la Esquerra Republicana de Catalunya. Solà sería proclamado alcalde tres días después de las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 y ejercería como tal hasta el 22 de agosto de 1934 cuando, pocas semanas antes de la proclamación de la República catalana del 6 de octubre, la empresa donde trabajaba, la Sociedad Anónima Cros, lo despidió por sus convicciones políticas. Este hecho lo obligaría a dimitir, con la esperanza de recuperar su trabajo.

Después de los hechos del 6 de octubre, Solà fue acusado de sedición y encarcelado durante dos meses en un barco-prisión anclado en el puerto de Tarragona. Nunca se lo llegó a juzgar. Y posteriormente estaría más de un año sin trabajo. Solà no volvería a ejercer ningún tipo de responsabilidad municipal. Ni siquiera cuando, después de los triunfo electoral del Frente de Izquierdas (1936), fue restablecida la legalidad democrática anterior al 6 de octubre de 1934: restitución del Parlament de Catalunya y de las corporaciones municipales del país. Durante los años de la Guerra Civil, se limitó a trabajar en la empresa Cros, que lo había readmitido, y nunca denunció a los que habían urdido su persecución.

El 27 de enero de 1939, cuando el ejército franquista había entrado en Santa Coloma de Queralt, fue detenido, de nuevo, por la Guardia Civil e internado en la Casa de Pilats, el penal de presos políticos de Tarragona. Solà, a diferencia de los revolucionarios que habían asaltado el poder en 1936, no tenía delitos de sangre. Pero a ojos del régimen franquista, su permanente compromiso con la construcción nacional catalana, que había ejercido desde el activo tejido social de su pueblo, lo convertían en un elemento más peligroso que los revolucionarios. Fue fusilado en la montaña de la Oliva, en Tarragona, en un lugar donde, durante varias jornadas, el franquismo asesinó a cuarenta personas diariamente.

 

Imagen principal: Fotografía de Lluís Solà Padró / Wikipedia