Tal día como hoy del año 1516, hace 501 años, la cancillería austríaca de Maximiliano de Habsburgo –consuegro de los Reyes Católicos– daba un golpe de autoridad proclamando a Carlos de Habsburgo –nieto primogénito de Fernando y de Isabel– rey de las coronas catalano-aragonesa y castellano-leonesa. Aunque Carlos –que gobernaría como Carlos I de Castilla y I de Aragón– era por derecho dinástico el heredero de las monarquías hispánicas, la turbia relación entre su padre –Felipe de Habsburgo, que la historiografía española ha llamado tradicionalmente Felipe el hermoso– y su abuelo materno –Fernando de Aragón– habían dificultado enormemente sus posibilidades de alcanzar los tronos hispánicos.

Cuando eso sucedió, hacía casi dos meses que había muerto Fernando el Católico, que ejercía plenamente como rey de la Corona de Aragón. Y ejercía conjuntamente con el Consejo de Castilla –un equivalente a un consejo de ministros formado por elementos de las oligarquías latifundistas– la regencia de la Corona de Castilla. A la muerte de Isabel de Castilla (1504) el Consejo de Castilla había pactado una regencia conjunta formada por Fernando (el rey consorte), Felipe (el yerno de Fernando) y Juana (la princesa heredera) hasta la mayoría de edad de Carlos. Los acontecimientos, sin embargo, hicieron que Fernando se quedara solo: en 1506 moría Felipe y el 1509 Juana era inhabilitada para reinar.

Las oligarquías castellanas siempre sospecharon que Fernando había urdido el envenenamiento de su yerno y la posterior reclusión de su hija. Felipe de Habsburgo –el yerno– había creado una potente red de complicidades entre los banqueros alemanes y las oligarquías castellanas y, a diferencia de Fernando, disfrutaba de la confianza del Consejo de Castilla. Pero Maximiliano, que desconfiaba de todo el mundo, a la muerte de su hijo Felipe se convirtió en el protector de Carlos, el nieto primogénito. Y Fernando hizo lo mismo con el segundo nieto en la línea de sucesión, que se llamaba como él. Fernando (abuelo) crió y educó a Fernando (nieto) entre Barcelona y Valencia.

Se ha especulado mucho en relación a la maniobra de Fernando el Católico. Todas las investigaciones apuntan hacia la dirección de que Fernando el Católico quería imponer a Fernando de Habsburgo como heredero en los tronos hispánicos. Pero no contaba con el apoyo de las oligarquías castellanas, que veían en el nieto la continuación del estilo político del abuelo. Y sobre todo lo veían como un "príncipe catalán". Finalmente, Fernando murió y su testamento es, hoy, motivo de una gran controversia porque legaba la corona catalano-aragonesa a Carlos. Y porque en Castilla tampoco querían a Carlos como rey porque veían a un "príncipe alemán". En Gante lo resolvieron con un golpe de fuerza. Política y económica.

Ferran, Felip y Joana

Fernando, Felipe y Juana