Tal día como hoy del año 1401, hace 616 años, se creaba en Barcelona la Taula de Canvi, la primera banca pública en Europa. Fue situada en la Llotja de Mar -en el actual Pla de Palau-, el centro financiero de la ciudad. El espacio interior -denominado Sala de Contractacions- albergaba los despachos de cereales, de carnes, de lanas y de pescado: el precedente de la Bolsa. Durante la centuria de 1400 se añadieron la Taula de Canvi y el Consolat de Mar -el organismo que daba forma jurídica a la actividad mercantil de exportación y de importación. Doce años después (1413) se convertía en la banca pública de la Generalitat.

La Taula de Canvi fue creada para regular el negocio bancario, hasta entonces exclusivamente en manos privadas. Las quiebras frecuentes de las bancas privadas, provocadas por las maniobras especulativas y las conductas deshonestas de los banqueros, habían creado una fuerte desconfianza hacia el sector que afectaba a la actividad mercantil, principal fuente de riqueza del país. Aunque las penas eran ejemplares -se les expropiaba el patrimonio privado y familiar para compensar a los afectados y se los condenaba a galeras, donde acababan muriendo agotados; las quiebras a menudo arrastraban a la ruina a empresas mercantiles de gran valor estratégico que les había confiado la gestión dineraria.

La Taula de Canvi se estableció sobre un mostrador cubierto con un tapete que tenía dibujadas las armas de la ciudad. La representación gráfica de la garantía pública que ofrecía a sus depositantes en su doble función: actuar como una banca segura y a su vez velar por el buen comportamiento de la actividad privada. València -cap i casal- que había sido la pionera europea en la circulación de letras de cambio, crearía una Taula en 1407. Y en el Principat, en el siglo siguiente, inspiraría la creación de las Taules de Comuns Dipòsits -el precedente más remoto de las cajas de ahorro públicas-, en Vic, en Lleida, en Cervera, en Manresa, en Girona, en Tortosa y en Tarragona.