Tal día como hoy del año 1790, hace 227 años, entraba en vigor la ley -aprobada 2 meses antes- de división territorial de la República francesa en 83 departamentos. La Asamblea Nacional Constituyente dibujaba un nuevo mapa administrativo de la Francia metropolitana que quería superar las viejas divisiones medievales trazadas recorriendo los dominios señoriales. Se impusieron unos criterios pretendidamente racionales que, pasados de frenada, obviaron realidades históricas que albergaban identidades nacionales. La Francia pre-revolucionaria era un mosaico de lenguas y de culturas que el nuevo régimen republicano diluiría progresivamente. El nuevo mapa era el primer ataque a la diversidad cultural.

El jacobinismo -la facción revolucionaria que se acabó imponiendo en la Asamblea nacional- fundamentó su discurso en la asociación de ideas República y Francia. Eso, automáticamente, convertía las comunidades culturales no francesas en reliquias del Antiguo Régimen, enemigas de los valores republicanos. El nuevo mapa se presentó como la materialización de la idea jacobina de Francia. Los viejos condados norcatalanes, bajo administración francesa desde 1659, pasaban de la categoría de provincia -con unas limitadas pero reconocidas particularidades-, a la de departamento -con el mismo status que cualquier otra entidad departamental de la Francia metropolitana.

A efectos prácticos -en la Catalunya Nord- las cosas no cambiaron demasiado. El catalán había sido proscrito con el edicto de 1700 firmado por Luis XIV -el abuelo y valedor del primer Borbón español- declarando solemnemente que le repugnaba el uso de la lengua catalana y que la consideraba indigna de la nación francesa. Pasados 90 años –en la Catalunya Nord- el catalán era la única lengua conocida por la totalidad de la población, aunque el francés había sido convertido en el sistema lingüístico del poder y de la cultura. La división departamental, como instrumento del Estado, se convirtió en un acelerador del afrancesamiento forzado de la sociedad norcatalana.

La Catalunya norte se convertida en el Departement des Pyrenees Orientales. Parlez Français. Soyez Propres

La denominación Province du Roussillon era relevada por la de Pyrénées Orientales, que negaba la identidad catalana del territorio. Las instituciones regionales propias -el Consejo Soberano y la Asamblea Provincial- desaparecían en beneficio de un sistema de administración uniformizado para todo el Estado. El sistema de instrucción pública se implantaría en el marco de la estructura departamental, y las escuelas alfabetizarían exclusivamente en francés, prohibiendo y persiguiendo obsesivamente el catalán. Durante muchos años en las paredes de las aulas norcatalanas quedó presente un gran cartel que rezaba "Parlez français. Soyez propres". (Hablad francés. Sed aseados).