Si hemos de hacer caso de los anuncios realizados por el Gobierno español, este martes es el día en que el corredor mediterráneo y las Rodalies de Catalunya tendrán el impulso definitivo via presupuestos generales del Estado para salir de la apatía y la desidia en que se encuentran. Mariano Rajoy llega a Barcelona con "muchos millones", señalan eufóricos en el PP catalán, que ven en el acto el punto de inflexión para rebajar el independentismo. Una opinión que es vista, lógicamente, con enorme escepticismo entre la clase política catalana y entre el empresariado que ha necesitado más de una llamada telefónica para no faltar a la conferencia del presidente español en el Palau de Congressos. "Se va a pasar lista", ha comentado un cualificado representante empresarial que primero dijo que "no", más tarde volvió a decir que "no" y que finalmente acudirá.

El ejemplo solo es una muestra de la intensidad con que se ha organizado el acto. Si la hemeroteca no me ha jugado una mala pasada, la última reunión de la Comisión Mixta de Transferencias Estado-Generalitat se celebró el 29 de diciembre del 2009. La presidían el entonces vicepresidente tercero del gobierno español y ministro de Politica Territorial Manuel Chaves -hoy investigado en el caso de los ERE-  y el conseller de Interior, Relaciones Institucionales y Participación del Govern, Joan Saura. El acta de la reunión recoge con elocuentes declaraciones posteriores un gran acuerdo: el traspaso de Rodalies el 1 de enero del 2010. Eufórico, Chaves llegó a declarar que se daba un paso histórico para desarrollar el Estatut. Realmente, releer el pasado está lleno de sorpresas, cuando no de disgustos. No habrá ni un catalán que recuerde ningún desarrollo del Estatut, ni tampoco ningún paso histórico. Después llegaron Mas y Puigdemont en Catalunya y Rajoy en Madrid. Se nombró a Duran inicialmente presidente de la parte catalana de la comisión mixta y debía negociar con Soraya. Las hemerotecas no guardan ningún acuerdo y tampoco reunión alguna.

Pasan los años y como dice la canción, todo sigue igual. Eso sí. Muchas promesas de acuerdos históricos. Mariano Rajoy sesenta y tres meses después de llegar a la Moncloa viene a Barcelona a hablar de lo que realmente interesa a los catalanes. Parece que con promesas para los próximos años. Muchas de ellas serán refritos de propuestas ya realizadas anteriormente por alguno de sus predecesores. No le será difícil ya que la inacción ha sido tan alta en el Ministerio de Fomento que hay mucho por hacer. Pero pese a todo, tendrán que acertar con las promesas y con el lenguaje. Sino pasa lo que le acaba de ocurrir al titular de Fomento, Íñigo de la Serna, que ha calentado el viaje desde Castellón asegurando que su departamento estaba trabajando a fondo en este importante eje ferroviario. Y, cántabro él, como ejemplo de lo bien que ha entendido su importancia, ha señalado que desde Castellón a Madrid se llegaría en dos horas y veinticinco minutos. Y ha añadido, y no es broma, que con estas mejoras avanza el corredor mediterráneo.