Las declaraciones del vicepresident del Govern, Oriol Junqueras, advirtiendo al Estado que la negativa a permitir la celebración del referéndum el próximo mes de septiembre no desembocará, en ningún caso, en unas elecciones autonómicas sino que supondría automáticamente activar el compromiso electoral de la coalición Junts pel Sí de que sea el actual Parlament quien tenga la última palabra sobre la independencia de Catalunya tienen, como principal destinatario, el gobierno de Mariano Rajoy. También buscan romper el relato del unionismo, muy centrado en los últimos tiempos en que el independentismo catalán ha bajado los brazos y no sabe cómo salirse de un referéndum que no se le va a permitir realizar.

El presidente del Gobierno español lleva meses insistiendo a sus interlocutores que el independentismo acabará ahogado en sus propios problemas internos. Así se lo ha transmitido tanto a sus interlocutores catalanes como a muchos de los grandes empresarios del Ibex que le han cuestionado el riesgo de su inmobilismo, no poniendo encima de la mesa ni tan siquiera una oferta que permitiera sumarse a los sectores más moderados del catalanismo refractarios a la independencia pero muy incómodos con que se haya dejado la política en manos de la justicia. Frente a este discurso monocorde de Rajoy, la totalidad de las encuestas sigue mostrando un apoyo de dos tercios del electorado al referéndum y una victoria de los partidarios del sí.

Es obvio que la idea expuesta por Junqueras este martes por primera vez en público no es un salto al vacío del dirigente republicano, muy acostumbrado a medir sus palabras al máximo y no facilitar titulares. Cabría pensar, por tanto, que esta posibilidad habría surgido, nuevamente, en las últimas conversaciones con el president Puigdemont. El cerco judicial y llegado el caso la oposición a la apertura de los colegios electorales que plantea el Estado ante cualquier iniciativa tendente a realizar el referéndum obliga, a juicio del Govern, primero a intentar llevarlo a cabo asumiendo múltiples procesos penales pero en ningún caso volver a la casilla de salida, lo que se acabaría produciendo con unas nuevas elecciones.

La finalización de las vacaciones de Semana Santa y la proximidad de la Diada de Sant Jordi ha traído aparejados diferentes movimientos en el mundo independentista encaminados a tensar sus propias filas y recuperar el consenso y la iniciativa política. Será esta una semana intensa del Govern, con varios discursos de Puigdemont y Junqueras, una vez ha quedado claro ante la opinión pública que los errores se pagan muy caros.