La noche de Reyes es, por encima de cualquier otra cosa, noche de ilusión. Ilusión para los niños pero también para los mayores nostálgicos. Una tradición entrañable que se impone año tras año y acaba convirtiendo esta en una noche mágica y espectacular. De Oriente a Occidente. De la derecha política a la izquierda alternativa. Solo hace falta ver como las dos alcaldesas de Barcelona y Madrid, Ada Colau y Manuela Carmena, han insuflado glamur a unas cabalgatas que en su primer año de mandato fueron anodina para la primera y polémica para la segunda. Este 2017 no ha faltado de nada.

Una noche de ilusión para la alcaldesa de Vic, Anna Erra, que pudo respirar tranquila después de 48 horas de una injustificada tempestad mediática por la distribución de fanalets con la estelada en la cabalgata de Reyes. No es noticia, pero sepan los escépticos que los niños de la capital de Osona se fueron a dormir con la misma ilusión que los del resto del planeta. Como decía Marta Rovira, que siempre que puede ejerce de vigatana, la cabalgata siempre se ha hecho igual, con libertad, paz y tranquilidad.

Noche de ilusión también para Federico Trillo, exministro de Defensa con José María Aznar, que tras sus cuatro años de embajador en Londres desconociendo el idioma será cesado en las próximas semanas después de que el Consejo de Estado hiciera pública la responsabilidad del ministerio en el accidente del Yak-42. Pero Trillo no tiene por qué preocuparse ya que su futuro se reubicará como letrado mayor en el Consejo de Estado. Sí, no es un  error: irá al organismo que ha propiciado su cese. Cosas de España.

Noche de ilusión para Carles Puigdemont, que ayer expresó de nuevo en voz alta, y por la radio, la esperanza de que este año sea posible el referéndum que reclama para Catalunya y que esto le permita cumplir con el encargo con que asumió la presidencia de la Generalitat. Y una vez celebrado el referéndum poder volver a Girona con el deber cumplido y como expresident.

Sueños e ilusiones. Lástima que al día siguiente no todo el mundo encuentra el regalo que había pedido.