El aeropuerto de El Prat lleva varios días sumido en el caos más absoluto, fruto de las nuevas medidas en materia de seguridad en el control de pasaportes, a causa de las amenazas terroristas. Estas medidas, como es obvio, se están aplicando en otros aeropuertos, pero el desbarajuste que se está viviendo en El Prat desde el viernes no es equiparable al de ningún otro. El problema era previsible y así lo habían venido anunciando las compañías que operan en el aeropuerto de Barcelona. Al menos desde principios de la semana pasada, habían pedido un refuerzo del personal de la Policía Nacional en el control de pasaportes. Aena también era consciente del caos que se viviría. Y, consecuentemente, el Ministerio de Fomento y la Delegación del Gobierno en Catalunya.

Los datos hasta última hora del domingo son muy preocupantes: numerosos vuelos han salido con retraso, ya que sus ocupantes permanecían enjaulados en colas desordenadas de cientos de personas que debían pasar a través de dos únicos policías asignados al control de pasaportes de ciudadanos del espacio Schengen -eso cuando uno de ellos no estaba ausente. Muchos pasajeros han explicado en las redes sociales su experiencia de entre dos y tres horas para pasar el control de pasaportes y el número de personas que han perdido enlaces con otros vuelos o simplemente tenían que coger un avión no han sido facilitados, aunque los expertos los cuentan, al menos, por cientos. Y ante la ausencia de explicaciones por parte del Gobierno español o de su delegado, Enric Millo, hemos asistido a un cruce de reproches entre Aena y la Policía Nacional, en el que los primeros hacían responsables a los segundos.

No vale la pena ni imaginarse, por un momento, que estaría sucediendo si la responsabilidad fuera de la Generalitat. Valga para lo que sirva, aunque las situaciones nunca son comparables, que la ausencia de la consellera de Interior Maria Eugènia Cuenca, en 1994, cuando se produjo un grave incendio en Monasp con víctimas mortales, le costó el cargo. Estaba fuera de Barcelona jugando a golf. En esta ocasión, por suerte no ha habido víctimas mortales, aunque los afectados no han recibido ninguna explicación... y han pasado tres días. Sorprende y mucho, ya que en las últimas 72 horas, Enric Millo ha hablado sobre el referéndum, la indepedencia, la ANC, la suspensión de la autonomía e, incluso, sobre como abordar "las necesidades reales de los ciudadanos, empezando por las infraestructuras".

¿Cómo les podrá explicar a las decenas de miles de personas que han padecido los graves problemas del areopuerto de El Prat que estaba solucionando "los problemas reales de la gente" que son de su competencia, cuando su imagen aparecía entre las autoridades que disfrutaban de la final del Open Banc Sabadell-Trofeo Conde de Godó de tenis entre Rafael Nadal y Dominic Thiem?