Que un alcalde tenga el coraje, como ha hecho el de Blanes, de salir a decir lo que piensa y lo que considera justo, pese a las directrices del partido, el PSC, tiene su mérito. No es tan fácil. Si no que se lo pregunten al alcalde de Lleida, el también socialista Àngel Ros, que cambió su discurso como un calcetín cuando empezó a tener problemas. Que además, una persona como Miguel Lupiáñez, un político de comarcas y alcalde de una ciudad mediana, quede de golpe expuesto a un ataque descarnado por tierra, mar y aire como el que ha tenido que soportar durante los últimos días por parte de la caverna -y la no tan caverna- y aguante el tipo, ya es para nota.

Los problemas para Lupiáñez empezaron cuando decidió dejar claro, todo y garantizar que el 1-O hará cumplir la ley, que es partidario de que se pueda votar en el referéndum anunciado por el president Puigdemont.  Y no solo eso: en declaraciones a El Nacional anunció que el iría a votar aunque esto le cueste el carné de militante del PSC. Sus palabras tuvieron un enorme eco en medios de todo el Estado y fue entonces cuando empezó la cacería. No hizo falta esperar mucho. El alcalde cometió posteriormente un desliz en Onda Cero, hizo unas declaraciones afirmando: "En Catalunya se vive de otra manera, pasa como Dinamarca frente al Magreb". El titular se repitió por todos los medios de comunicación posibles, fue replicado por portavoces del PP y del PSOE y brindó la excusa para desprestigiarle y atacarle de una manera atroz. Con exagerado encarnizamiento.

Lupiáñez no se sabe mover entre los campos de minas de la política estatal. En lugar del chaleco antibalas y el carro blindado, paseaba con el lirio en la mano. Seguramente ha aprendido muchas cosas estos últimos días. Pero lo que no ha aprendido es a seguir el discurso oficial. Este jueves, el alcalde ha pedido perdón a todos los que se hayan podido sentir ofendidos por una frase que considera desafortunada. Y una vez dicho esto ha seguido con el orden del día del pleno municipal de su ciudad. Sin corregir lo que realmente les escuece a sus críticos y que no es otra cosa que haya dicho que piensa ir a votar el 1-O.