El 1 de octubre ya no habrá ningún referéndum. El referéndum ha empezado hoy cuando la gente ha salido a la calle como respuesta a la entrada de la Guardia Civil en las instituciones y la detención de una cifra indeterminada de personas.

¿Una minoría? Posiblemente. Pero había que saber si la gente estaría dispuesta a salir a la calle no sólo el día de la Diada, una mani amable para ir con la familia. Y la respuesta es que sí. Y que hay ganas de salir. I quien sale no son peligrosos antisistema sino la clase media, que es la que tiene más a perder.

A partir de aquí nadie sabe qué pasará, pero el Estado ya no controla la situación. Ni el TC, ni un juez, ni la Fiscalía mandan sobre los millares, o centenares de miles, o millones de personas que pueden movilizarse. Y con la gente en la calle es donde pueden empezar a producirse errores. Por los dos lados. Quien actúe con más inteligencia puede hacer un movimiento muy importante en el tablerodonde hasta ahora sólo se ha jugado al gato y al ratón.

De momento Rajoy está escondido, como siempre. La excusa del día es que todo eso de hoy está pasando porque lo ha decidido un juez. Un juez que forma parte de un sistema de poder judicial absolutamente desacreditado. Por él y por su gobierno. Pero Rajoy sabe que estaba condenado al error. Cuando tienes una gotera y, en vez de mirar de donde viene el agua y llamar a un albañil, te dedicas a poner cubos para no mojar el suelo, llega un día que el techo se te cae a la cabeza. Y sí, Rajoy tiene más vidas políticas que todo los gatos de twitter, pero hoy tiene dos problemas. Graves: 1/ delante suyo el bloque indepe, el bloque soberanista, el colauismo y gente que ha defendido el no, como CCOO, saliendo a la calle. Todos juntos. Eso es el 80% de la sociedad y 2/ detrás suyo tiene una parte importante de su gente pidiendo más mano dura. La solución es imposible sin que se rompa nada. Y se rompa lo que se rompa, el techo caerá en su cabeza.

Y aparte, el PSC. Estos días no me gustara ser Miguel Iceta. Hará falta que utilice su gran habilidad y que vaya a comprar unas toneladas más para intentar conseguir que su barca no sea engullida por la riada que llega.

Porque lo que viene es una riada. Y de momento sólo está lloviendo en la cabecera.