"Vulnerar las leyes [españolas] solo lleva a tensiones y enfrentamientos estériles que no resuelven nada". Con estas palabras, dirigidas al independentismo catalán, el rey Felipe VI ha abordado en su discurso de Navidad, pronunciado este sábado por la noche, el envite del referéndum anunciado para el próximo mes de septiembre, que ha comprometido al Govern y que las fuerzas políticas y sociales catalanes siguen empeñadas en negociar con el Estado antes de hacer evidente que el único camino para llevarlo a cabo es el unilateral.

El discurso del jefe del Estado, templado en la forma pero inmodificable en el fondo, llega, además, en plena ofensiva judicial contra las autoridades pasadas y presentes del independentismo catalán. Es evidente que Artur Mas y Carme Forcadell son, en la práctica, para el Estado, dos caras de la misma moneda, y la justicia no es otra cosa que una extensión de la política. De hecho, de la no política: al independentismo se lo combate en los juzgados, pidiendo un máximo de 17 años de inhabilitación, no en las urnas, que es donde la democracia delimita la fuerza de mayorías y minorías.

Cuatro años de movilizaciones del independentismo catalán parecen no haber dejado ni una mínima huella en el lenguaje oficial que se escucha desde Madrid y que ha reafirmado Felipe VI, una circunstancia que no deja de contrastar con ese 85% de catalanes que defienden abiertamente el referéndum.

Las palabras del Monarca en este discurso navideño han acabado siendo una respuesta demasiado pobre para lo que ha sucedido en la política catalana en este convulso tiempo de cuatro años. Un período en el que el independentismo de partido ha mantenido sus propias cuitas internas pero en el que el independentismo a pie de calle no ha retrocedido aunque sí ha expresado su malhumor. De ahí las lecturas equivocadas muchas veces. Aquellas que tratan de presentar como pasos atrás lo que no son otra cosa que movimientos tácticos. El error, en todo caso, es creer que ley, sentencias e inhabilitaciones resolverán el problema. Pero eso, tampoco es nuevo.