Topshop ha decidido cerrar su tienda ubicada en  el edificio enfrente del Triangle de Barcelona. Los resultados no lo han acompañado como tampoco la fuerte presión de Inditex en la zona de Plaça Catalunya tanto en tiendas como en modelo de negocio. Tras haber pasado de los beneficios a las pérdidas, la cadena británica de moda tira la toalla y se va.

El establecimiento propio de Barcelona era el único que Topshop mantenía abierto tanto en Catalunya como en el conjunto de España. Según Modaes, la filial de la marca de moda que hasta ahora ha operado a través de la marca Glasak (con sede en Madrid) atribuye el descenso de las ventas a "la menor aceptación por el mercado de la colección de artículos puestos en venta". "Este hecho, junto con el incremento de los costes de personal, son los motivos esenciales de las pérdidas", se añade a la memoria de resultados.

Con las cifras en la mano, Topshop ha cerrado el 2016 con unas pérdidas de 400.456 euros, una caída del 8,38% de la facturación hasta los seis millones de euros así como también un resultado bruto de explotación negativo y un incremento de las deudas tanto a corto como a largo plazo.