"Con gobernanza propia, Catalunya tendría un sistema de infraestructuras más eficiente", ha asegurado el secretario de Infraestructuras de la Generalitat, Ricard Font, durante una conferencia celebrada en el Col·legi d'Economistes. Ante los "reiterados déficits en la inversión estatal", Font ha defendido la necesidad de invertir en el Corredor Mediterráneo a la vez que ha remarcado algunos de los principales "cuellos de botella": la red de cercanías, los desdoblamientos pendientes en la N340 en Tarragona o en la NII en Girona, o la falta de gestión individualizada de los puertos y aeropuertos, entre otros. "Es más importante que nunca que Catalunya pueda decidir como articular estas infraestructuras", ha añadido.

En este sentido, ha recordado que en la disposición adicional tercera del Estatuto del 2006 quedaba fijado que en Catalunya "se tenía que invertir todo aquello que se producía" pero esta, tal como se ha evidenciado a lo largo de los años, no salió adelante. Déficit de inversión pero también de alrededores, conectividad y gobernabilidad. Según Font, "los déficits principales están generados por las inversiones y por unas infraestructuras que son los principales cuellos de botella a la vez que los principales puntos de conexión de Catalunya con el resto del mundo."

Con respecto a los retos y oportunidades, el secretario ha avanzado la necesidad de luchar contra el cambio climático y fomentar la mejora de la calidad del aire mediante "una apuesta clara por un modelo de transporte público eficiente con especial énfasis en la red de cercanías." Eso, implica también una movilidad inteligente y automática en la qué los ciudadanos sean partícipes: "Queremos un debate que también interpele a los ciudadanos en la decisión de infraestructuras." Más concretamente, Font ha apuntado que "la única manera de poner en funcionamiento palancas auténticas de modernización imprescindibles para la economía de Catalunya es construyendo un estado nuevo con una nueva administración".