El Índice de Precios de Consumo (IPC) se mantuvo en julio respecto al mes anterior en el 1,5%, su nivel más bajo desde noviembre del año pasado, según los datos definitivos publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El organismo estadístico, que confirma de este modo los datos avanzados a finales del mes pasado, ha explicado que en el comportamiento de la tasa interanual del IPC de julio han destacado los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas, con una variación anual del 0,1%, siete décimas por debajo de la de junio, causada por la bajada de los precios de las frutas, frente a la subida que registraron en julio de 2016.

También ha influido la vivienda, que recortó cuatro décimas su tasa, hasta el 3,2%, debido a que los precios de la electricidad bajaron este mes, mientras que aumentaron en julio de un año antes.

Por el contrario, en julio destacó el ascenso de la tasa interanual del grupo de vestido y calzado en dos décimas, hasta el 0,4%, por la bajada generalizada de los precios de sus componentes, menores que los registradas el año pasado; y el repunte en seis décimas, hasta el 2,4%, del transporte, debido, fundamentalmente, a que los precios de los carburantes disminuyeron menos de lo que lo hicieron en julio de 2016.

El IPC interanual arrancó el año en el 3%, su tasa más alta desde octubre de 2012. En febrero se repitió el mismo porcentaje, pero en marzo, por primera vez en siete meses, la inflación recortó su tasa interanual hasta el 2,3%. En abril volvió a subir, hasta el 2,6%, y en mayo hasta el 1,9%. Ahora, en julio, ha vuelto a bajar por tercer mes consecutivo, hasta el 1,5%, de manera que la cesta de la compra es hoy un 1,5% más cara que hace un año.

La de julio es la undécima tasa positiva que encadena el IPC interanual tras ocho meses en negativo. En el séptimo mes del año, el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) aumentó una décima su tasa interanual, hasta el 1,7%.

En términos mensuales, el IPC se situó en en -0,7% respecto a junio, mes en el que se mantuvo sin cambios. La inflación subyacente, que no incluye los precios de los productos energéticos ni de los alimentos no elaborados, subió dos décimas en julio, hasta el 1,4%, situándose una décima por debajo de la tasa general del IPC.