La última crisis económica estuvo sujeta a un fuerte componente generacional y como consecuencia, la tasa de pobreza se "rejuveneció" entre el 2007 y el 2013. Esta es una de las conclusiones principales del informe "Federalismo fiscal y finanzas públicas" publicado por el Instituto de Economía de Barcelona (IEB) y presentado este viernes por el director del programa de investigación de Análisis de Sistemas Impositivos, Alejandro Esteller-Moré, en el Cercle d'Economia. No se lo han perdido ni el presidente de Abertis y también presidente del patronato del Liceo, Salvador Alemany, así como tampoco el exprimer secretario general del PSC Pere Navarro.

Según Esteller-Moré, la desigualdad es un tema de actualidad en la medida en que "la diferencia entre ricos y pobres ha aumentado así como también ha aumentado el riesgo de pobreza". En este sentido, también ha precisado que a lo largo de los últimos 8 años, la pobreza ha aumentado en España a la vez que se ha reducido "ligeramente" en Catalunya. Queda por ver si se confirma la tendencia. 

"El gran riesgo de la desigualdad es la aparición de fuerzas radicales de izquierda y de derecha que incrementan la gravedad del problema y siguen ofreciendo fórmulas simplistas históricamente fracasadas que acaban desembocando en sistemas autoritarios y constituyen un ataque frontal a nuestro sistema político", ha alertado, por su parte, el presidente de la Fundación del Círculo de Economía, Carlos Cuatrecasas. .

Los más afectados por la crisis

Volviendo a las cifras, la tasa de pobreza entre la población española de 16 a 29 años creció del 18,1% al 28,6% mientras que esta misma tasa entre las personas mayores pasó del 25,5% al 11,4%. Con los datos en mano, el investigador del CSIC José Fernández-Albertos rechaza la idea de que la crisis económica afectó en gran medida a las clases medias: "en términos distributivos, la recesión afectó especialmente a los más pobres que vieron cómo creció la distancia entre sus ingresos respecto las clases medias".

En este sentido, también señala el aumento del paro entre la población "más joven, menos cualificada y con menos recursos" como causa principal del incremento de desigualdad. Y es que aunque las políticas correctivas estaban dirigidas a la redistribución del gasto público mediante los subsidios de paro, eso no era "suficiente" para rectificar la desigualdad ya que los subsidios de paro no llegaban a aquellos que tenían que llegar: los más afectados por la crisis (familias jóvenes, niños y trabajadores precarios).

Ahora bien, como no sólo se trata de identificar problemas sino también de aportar soluciones, la investigadora del IEB Sara Torregrosa-Hetland defiende que "el camino para reforzar las políticas redistributivas pasaría por intensificar la cooperación internacional, para tener más capacidad de recaudar impuestos sobre el capital o las rentas altas." Más allá de las singularidades de cada país, la desigualdad como problema global tiene que tener también una respuesta global.