"El Plan de Rodalies de Barcelona no dispone ni de dinero ni de recursos". Así de contundente se ha mostrado el president de la Cambra de Comerç de Barcelona, Miquel Valls, en una dura crítica sobre el Plan de Rodalies 2017-2020 y "la lluvia de millones" anunciada por el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, durante el pasado mes de marzo en Barcelona.

En este sentido, ha denunciado mediante el informe "Situación de la gestión de infraestructuras e inversiones prioritarias en Catalunya" que el Plan dotado con 4.185 millones, de los cuales 1.800 se destinan a Rodalies, tiene dos grandes problemas: la inversión pública está "en mínimos" y las dificultades contractuales hacen que los plazos de ejecución no sean "realistas".

El Plan de Rajoy

Sin demasiados preámbulos, Valls ha asegurado que "el plan de Rajoy tiene un exceso de voluntarismo y una falta de análisis en profundidad de todos los problemas que suscita su puesta en marcha", por lo que augura que "no se podrán cumplir los 1.000 millones de euros anuales porque no están los proyectos ni la tramitación administrativa ni la gestión de contratos".

De la misma forma que los presupuestos de inversión en infraestructuras "no son creíbles" ya que los objetivos del déficit público condicionan la capacidad inversora. O todavía más, "los políticos prometen cosas que saben que son propuestas de voluntad pero que no son realizables ni se pueden cumplir".

Por todo ello, Valls ha criticado también que el Ministerio de Fomento liderado por Íñigo de Serna siga sin presentar un Plan de Rodalies "digno de este nombre" con una visión de futuro tanto de la red como de los servicios. Y no ha dudado en alertar que las expectativas depositadas en modernizar y mejorar las infraestructuras "están abocadas a generar frustración". El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, no ha tardado en reaccionar reivindicando también que "La Cambra y los empresarios (los de verdad) lo sufren. Un Estado incumplidor con Catalunya frena el progreso económico y social del país."

Casos prácticos

De la crítica a los ejemplos prácticos, la Cambra ha lamentado que el Plan de Rodalies contempla actuaciones "en curso o ya planificadas" pero con la ausencia de actuaciones destacadas en infraestructuras como la parada de las obras en la estación de la Sagrera, el acceso a la T1 del Aeropuerto del Prat, el desdoblamiento de la R3 en Vic (reivindicada desde hace 15 años ) o los nudos ferroviarios de Montcada y l'Hospitalet de Llobregat, entre otros. 

En el caso concreto del ramal de la T1, Valls ha advertido que el Ministerio de Fomento sólo prevé la construcción del nuevo acceso ferroviario pero, de momento, deja para más adelante la licitación o la explotación de la línea. "Puede pasar que tengamos el túnel acabado y no sepamos qué hacer", ha espetado. 

Y es que según el director de infraestructuras de la Cambra, Cristian Bardají, "muchas de las obras previstas actualmente no se ejecutarán hasta de aquí a cuatro años".

El Madridterráneo

El agravio va incluso más allá de Rodalies. Como es el caso del Cuarto Cinturón en la autovía B-40 donde se ha tardado un año en adjudicar el contrato del estudio informativo. Y del sueño a la cruda realidad, "se tardarán cuatro o cinco años antes de que se empiece a ejecutar un presupuesto que, además, tampoco se tiene que dar por hecho". A su vez, también preocupan los accesos ferroviarios al Port de Barcelona siguen pendientes de licitación pese al compromiso del Estado de hacerlo el paso mes de mayo. 

Valls tampoco se ha olvidado del debate entre Corredor Mediterráneo y Corredor Central. A pesar del problema de las inversiones, el Estado apuesta por los dos. Una mezcla que el presidente de la Cambra ha bautizado con tono irónico como el "Madridterráneo". "A ver quién va y lo explica en Bruselas", ha añadido.

En definitiva, casos y más casos sobre los que se reclama "más visión compartida y coordinación ejecutiva" entre administraciones para afrontar infraestructuras que "se eternizan". Y en vista de que esta coordinación se da por "intereses políticos muy puntuales", las propuestas de la Cambra también pasan por más colaboración entre el sector público y privado y más revisión de la contratación del sector público. Papeles, dinero y papeles.

Que se pongan de acuerdo

Sobre una cuestión de estricta actualidad como el referéndum, Valls ha querido dejar claro una vez más que la Cambra no entra en política. O al menos, no desde junio del 2013, cuando ya se fijó una posición conjunta de las cámaras de comercio para poner de manifiesto que "cualquier escenario de futuro tiene que pasar por la Unión Europea". 

Y después de reiterar que ni se han movido ni tienen pensado moverse de esta posición, Valls ha lanzado un mensaje final a favor de un acuerdo entre la Generalitat y el gobierno central para cualquier actuación y siempre dentro de la legalidad. "Es un problema de los políticos. Que se pongan de acuerdo", ha concluido a modo de exclamación.