Las paradas salvadoras de Keylor Navas han evitado la derrota de un Real Madrid sin puntería contra el Tottenham (1-1). El Santiago Bernabéu ha silbado, ha sufrido y ha disfrutado de un partido cambiante, a rachas y en que los porteros han establecido un empate justo en la tercera jornada de la Champions League.

Es cosa de números y de estadística, pero esta es el cuarto tropiezo de los de Zinedine Zidane en seis partidos como local en el inicio de temporada. Trece ocasiones, un gran Hugo Lloris y la desesperación de los blancos no han podido dar un paso casi definitivo para dejar la clasificación a octavos encarrilada. Sólo un frustrado Cristiano Ronaldo de penalti ha dado una alegría a la afición blanca.

El Madrid se ha convertido en el Santiago Bernabéu en un equipo tan dominador como impredecible. Después de las lecciones de Liga ante el Betis, Valencia y Levante, con pinchazos de las cuales se tenía que aprender, llegaba la primera gran prueba contra un Tottenham que ha sabido hacer sufrir al campeón de Europa. Harry Kane y Fernando Llorente han hecho ir de capa caída la defensa blanca, y gracias de las paradas de Keylor.

Hasta que en el minuto 28 una llegada desde la banda de Aurier, con centrada hacia Kane, ha sido el instante para que Varane se hiciera el primer gol del partido en propia portería. Un cambio al marcador que ha hecho poner nervioso al Madrid y lo ha hecho acelerar. Dominio blanco constante durante todo el partido, excepto en los minutos que los británicos se han querido poner las pilas. Y siempre con un final de las partes eléctricas, los blancos han empatado antes del descanso con un penalti creado por Kroos después de la enèsima gran combinación del Madrid.

A pesar de la posesión de los de Zidane, la creación de muchas ocasiones y alguna fase de control del Tottenham, la igualdad ha imperado sobre el campo y en el marcador. Reparto de puntos que deja un mal sabor de boca, pero que confirma una clasificación muy próxima después del empate entre el Dortmund y el APOEL.