Con Kevin Roldán empezó todo. Era el 7 de junio del 2015 y Gerard Piqué hizo un símil de la crisis del Real Madrid con el éxito del Barça. Durante la fiesta de celebración del triplete blaugrana Piqué agradeció al cantante colombiano que iniciara una desgraciada temporada blanca que acabaría siendo histórica para la culerada. Así es, la rivalidad entre Barça y Madrid provocó los silbidos de la afición de La Roja y todo lo que ha ido ligado.

Peinetas al himno, aficionados enloquecidos por ver a un catalán supuestamente independentista con la camiseta de España, insultos en las redes sociales, polémicas tildándolo de antiespañol y pitadas de miles de personas contra un jugador que no es de la cuerda. Piqué ha vivido muchas situaciones adversas, con críticas indiscriminadas, muchos ataques personales y alguna defensa.

Desde que de bien pequeño se formó a las categorías inferiores del Barça, el central barcelonés adquirió una serie de valores. En una etapa de juventud vivida en Inglaterra se va curtir como jugador del Manchester United. Devuelta a Barcelona y animadversión de todo el madridismo después de ser el protagonista del último gol del 2-6 en el 2009 y la manita del 2010.

Una rivalidad entre Barça y Madrid ha pasado la frontera de la batalla entre clubs y ha pasado a ser de carácter nacional. Parte de España no quiere a Piqué.

Catalán

Piqué se dejó ver el pasado 2014 en la manifestación de la Diada de Catalunya del 11 de septiembre, la fiesta nacional de todos los catalanes. Y un año más tarde también asistió a la Vía Catalana. "Era el día de Catalunya y la fiesta por excelencia. Creo que muchas personas disfrutaron del día y fue un día completo con un muy buen ambiente festivo durante todo el día", aseguró el central catalán hace dos años.

Una cosa no quita la otra, porque pudiendo ir a una manifestación nacionalista y pacífica no contrapone el hecho de representar la selección de tu país. Piqué reconoció que es "catalán" y que "juego por España porque ahora mismo soy español".

El central del Barça defiende la democracia y la capacidad de decidir de un pueblo respecto de su futuro. Públicamente sí ha dicho que está a favor que Catalunya decida si quiere ser parte o no de España, pero no ha hecho público cuál sería su voto ni cuál es su ideología política.

"No entiendo porque la gente se molesta, no tiene nada que ver una cosa con la otra, de mí no se puede dudar. Llevo a la selección desde los 16 años y nunca he fallado, siempre lo he dado todo. Me he dejado la piel en cada partido que he jugado, pero otra cosa es sentirse catalán y estar a favor de la consulta porque creo que es una cosa democrática que tiene que suceder. Todo el mundo tiene su derecho". Piqué decía estas palabras días después del 11 de septiembre del 2014 donde se vio fotografiado mientras se manifestaba por las calles de Barcelona.

Profesional

La personalidad es un aspecto fundamental para un deportista. Dedicarse al mundo del deporte es muy duro, y ganarse la vida con el fútbol, aparte, también es muy cruel. Para centrar tu vida profesionalmente al deporte rey, se tiene que ser mentalmente fuerte, con capacidad de crítica y superación personal. Las bases para que un deportista pueda triunfar son claras, y de jugadores hechos de esta pasta, hay pocos. Gerard Piqué, sin embargo, es uno de los casos más adecuados para definir un grande del mundo del deporte.

Con una envidiable carrera futbolística, Piqué es un jugador diferente al resto. Capaz de maravillar sobre el terreno de juego, locuaz fuera de él y con mucho carácter, el jugador barcelonés es un enorme profesional.

Polémicas

Silbado desde hace un año en sus compromisos defendiendo la camiseta de la selección española, le han buscado las cosquillas hasta la saciedad. Su manera de hacer y la manía persecutoria que le tienen desde algunos sectores ha hecho que esté en el ojo del huracán en varias ocasiones. Todo ha provocado que se haya cansado y haya anunciado que deje la selección al acabar el Mundial de Rusia 2018.

Gerard Piqué mueve masas, críticas positivas y otros de negativas, pero la indocumentada corte de mangas para evitar las franjas con los colores de España ha hecho tirar el vaso. "No he estado bien recibido por mucha gente, por todo lo que ha estado pasando durante estos años", lamentó Piqué. "Yo he intentado darlo todo y creo que no hay ninguna duda, pero hay mucha gente que piensa que es mejor que no esté".

Más allá de la última gran polémica, todavía se recuerda la peineta mientras sonaba el himno español antes del partido de la pasada Eurocopa de Francia contra Croacia, los comentarios por un gol que escoció a los tuiteros, las innumerables y constantes silbadas, o muchas otras. Gerard Piqué, un futbolista que mueve a la gente, hace más que fútbol y no pasa desapercibido.