El Valencia no deja escapar al Barça. Los valencianos han superado al Espanyol con su versión más práctica y efectiva, en un partido en que han sido bastante inferiores (0-2). Kondogbia ha desequilibrado el duelo con un disparo lejano que ha acabado con cualquier aspiración perica.

No hay nada como jugar un domingo. Un RCDE Stadium con 25.529 espectadores daba la bienvenida a uno de los rivales más exigentes que lo visitará esta temporada. Además de dibujar un escenario más que adecuado para la disputa de un partido de fútbol, la gran entrada ha dado la razón a todos los aficionados que no aprueban los horarios que establece la Liga y que han aprovechado el día de hoy para quejarse de la situación, con Tebas como principal destinatario.

Compromiso de nivel

Marcelino ha conseguido resucitar a un equipo que parecía muerto. El entrenador asturiano ha dado rumbo a una institución que llevaba unos años perdida en zona de nadie de la Primera División española hasta el punto de situarlo en la segunda posición y firmar el mejor inicio de la historia del club. Además, ha conseguido obtener el mejor rendimiento de jugadores como Rodrigo, Kondogbia, Murillo o Gayá, entre otros. Además de hacer una inversión considerable, el técnico ha exprimido la plantilla de tal forma que ha sabido sacar un jugo potente y dulce al mismo tiempo. Y el buen juego, pero sobre todo los grandes resultados, lo han avalado.

Quique Sánchez Flores ha entendido la trascendencia y el nivel del rival y ha decidido sorprender en el once inicial con la entrada de un gato viejo como Sergio García. El veterano delantero ha estado a la altura de las expectativas y ha liderado ofensivamente un conjunto que ha pasado por encima de su contrincante. Solo los palos han evitado que los pericos se adelantaran antes del descanso. Los mejores minutos del Espanyol esta temporada no han tenido el premio del gol.

El doble lateral del Valencia, formado por Lato y Gayá, ha empezado el duelo con mucho protagonismo y ha amenazado con ser toda una carcoma. Nada más lejos de la realidad. Los locales se han sobrepuesto al intenso inicio valenciano y al contratiempo de la lesión de Leo Baptistao, con algunas imprecisiones pero con mucha voluntad. Y aunque las ocasiones han tardado en llegar, cuando lo han hecho han obligado a Neto a reaccionar con mucha calidad. Gerard Moreno y Sergi Darder lo han conseguido superar, pero se han encontrado con los palos de su portería.

Demasiado castigo

El Valencia echaba de menos a futbolistas como Guedes, Zaza y Carlos Soler, claves en el gran momento Che y, en concreto, en sus siete victorias consecutivas hasta llegar al RCDE Stadium. Marcelino lo tenía tan claro que les ha hecho calentar a los tres desde antes de que el árbitro silbara el comienzo de la reanudación.

El descanso no ha podido cambiar el guion y el Espanyol ha vuelto al trabajo. Intensidad, dominio y ocasiones. Defender bien como primer paso de la fase ofensiva. Los blanquiazules han hecho injusto el empate ante un equipo que no ha hecho valer la calidad de segundo clasificado. Los aficionados pericos podían estar orgullosos de su equipo, que no solo ha competido contra uno de los mejores conjuntos de la Liga sino que ha sido superior a él.

Cuando la impotencia visitante rozaba su punto máximo (la expulsión por protestar de Marcelino ha sido significativa), una individualidad de Kondogbia ha dictado sentencia. El mediocampista ha realizado un gran disparo desde lejos contra el que Pau no ha podido hacer nada. Golpe psicológico. Los equipos grandes ya lo tienen: son capaces de sumar los tres puntos incluso cuando no lo merecen.

Todavía faltaban más de veinte minutos para el final, pero los de Quique no han conseguido reaccionar al tanto del Valencia y, lejos de acercarse a Neto, el conjunto Che se ha acomodado sobre el césped del RCDE Stadium. En un partido que ha recordado al de la temporada pasada, que finalizó con derrota local por la mínima, un error de Víctor Sánchez ha sido aprovechado por Santi Mani para marcar el gol de la sentencia. El Valencia más efectivo ha conseguido su octava victoria consecutiva para mantener la diferencia de cuatro puntos respecto al Barça.