Un gol de Gayá cuando sólo quedaban quince minutos para el final del partido ha dado la victoria al Valencia en el RCDE Stadium. En un partido anecdótico y sin tensión competitiva, el Espanyol no ha conseguido acabar la temporada en su estadio con una victoria.

Una niña de once años de speaker, un reconocimiento al plantel durante el descanso y muchas otras propuestas lúdicas en la Fan Zone daban la bienvenida al Día de los Niños Pericos en el que era el último partido de la temporada en el feudo catalán. En el terreno de juego, los dos equipos no se han tenido que preocupar de otra cosa que encomendarse a la fiesta e intentar disfrutar; y seguramente por eso el partido ha estado a la exigencia competitiva de la Liga Santander pero el talante y el ambiente ha recordado al de un partido amistoso.

Poca intensidad y menos fútbol

Pólvora mojada en la delantera blanquiazul. Con dos planteamientos despreocupados, el Espanyol ha sido superior al Valencia durante la primera mitad pero no ha conseguido que el dominio tuviera su efecto en el marcador. Gerard Moreno no ha sido fiel a su cita con el gol y ha perdonado más de una ocasión de una forma impropia en él, mientras que Leo Baptistao ha tenido los habituales problemas de finalización.

Dos no juegan si uno no quiere. Con unas condiciones meteorológicas más que adecuadas para practicar y ver fútbol, a medida que han ido pasando los minutos los hombres de Quique Sánchez Flores se han contagiado de la apatía visitante. Aunque Jaume Domènech veía como las ocasiones se producían sólo en su portería, los dos conjuntos se han mostrado muy planos y, sobre todo, muy poco eficaces en los últimos metros. Sólo Nani en algunas acciones puntuales se ha servido de su calidad para mostrar a los espectadores parte de su mejor repertorio.

La reanudación no ha mostrado un partido más vistoso. A trompicones, el Espanyol se ha ido acercando a la portería, pero las ocasiones han seguido brillando por su ausencia y la intensidad ha disminuido todavía más. Y prueba de eso es que durante algún momento de la segunda parte la afición se ha dedicado a pedir a Diego López que siga en Cornellà la próxima temporada. No sólo eran los jugadores los que pensaban más en el futuro que en el presente.

Final de fiesta frustrado

Los últimos veinte minutos han visto la versión más pícara de los pericos y más divertida de los dos equipos. I Jurado ha sido culpable principal de lo mejor y lo peor en las dos áreas. El andaluz ha impuesto el ritmo al cual quería que jugara su equipo, pero también ha perdido una pelota en una zona peligrosa y los valencianos lo han aprovechado. Gayá ha acabado recibiendo la pelota en la frontal del área y ha realizado un disparo fuera del alcance de Diego López.

Perdonar y acabar pagándolo. El gol ha trastocado a jugadores y afición y, por el contrario, ha acomodado al Valencia. El público, de hecho, ha mostrado mediante muchos silbidos la su enfado con Jurado y, de paso, lo ha pagado también con el exblaugrana Munir. Sobre el césped, sin embargo, los jugadores no han conseguido contrarrestar el tanto de Gayá.

Al final, los tres puntos se marchan con el autocar del Valencia y el Espanyol no ha podido despedir una gran temporada en casa con una alegría. Tercera derrota consecutiva como local de un conjunto blanquiazul que ha sido mejor que su rival pero se ha contagiado de la poca intensidad visitante y lo ha acabado pagando. Meses de descanso más que merecidos para el RCDE Stadium. El próximo año será otra historia.