El presidente de la Liga de Fútbol Profesional Javier Tebas es el prototipo clásico de español ambicioso. En un país capaz de acostumbrar a las inteligencias más sensibles al chupapollismo más descarnado, un hombre como Tebas, tan indomable y espontáneo, tiene números para caer bien o para generar admiración. Simpático y combativo, en el trato directo tiene un carácter más liberal que la mayoría de falsas vírgenes Marías que circulan por España, especialmente en Catalunya, donde están más en falso que en ningún sitio.

Nacido en Costa Rica, pero licenciado en derecho en la Universidad de Zaragoza, a menudo se le ha reprochado que de joven militara en Fuerza Nueva. Su pasado no contradice el discurso contra la violencia y la corrupción que le ha permitido forjarse una marca personal en el mundo del fútbol. Tebas es un oportunista típicamente castellano, un hombretón huesudo, vital, canallesco, de injertos visigóticos y navarros. Me recuerda a Eduarzo Zaplana o a Miguel Àngel Rodríguez, el portavoz del PP de "las seleccionas catalanas de canicas", que hizo el papel de hooligan del españolismo, en la época de Aznar, cuando la política era menos grosera que ahora.

Su entrada en el mundo del fútbol se produjo en 1993, en la misma ciudad que lo había visto ejerciendo de delegado de las juventudes de Fuerza Nueva, cuando fue escogido presidente de la Sociedad Deportiva Huesca. Durante 25 años de carrera ha representado a todos los clubs de la liga con problemas económicos y también se ha peleado -a veces para reconciliarse un tiempo después, gracias a un negocio- con casi todos los popes del mundo del fútbol.

El pope futbolístico que menos puede soportarlo es Javier Clemente, que ha convertido los tuits contra Tebas en un clásico de twitter. Ángel Maria Villar también querría ver su cabeza en una pica: si pudiera, el presidente de la Federación Española de Fútbol blandiría la cabeza de Tebas como si fuera un trofeo de la Roja. Tebas tampoco se lleva bien con Miguel Cardenal, el presidente del Consejo Superior de Deportes, que tiene rango de secretario de Estado. Para arreglarlo del todo, hace días el Osasuna lo declaró persona non grata en el campo del Sadar.

A pesar de este mal rollo, con su presidencia la LFP ha tenido una actividad y una presencia mediática sin precedentes. La histeria regeneradora que ha traído la crisis y el endeudamiento de los clubs de fútbol ha dado un buen pretexto a Tebas para ejercer el poder con más determinación que sus antecesores. A Tebas no le tiembla el pulso. En verano de 2014 el Murcia no fue inscrito en la segunda división por no haber cumplido las medidas de control económico que la LFP había impuesto a los clubs. Las manifestaciones de sus seguidores indignados de poco sirvieron.

Asesor de figuras poco claras como Ruíz Mateos o Dmitry Piterman, el rey de las trampitas que dejó en la ruina a el Alavés y el Racing, Tebas empezó la campaña dentro de la LFP reivindicando la necesidad de investigar la compra de partidos. Siendo todavía vicepresidente, tiró un globo sonda con la excusa de unos escándalos ocurridos en Italia. Una vez presidente, puso en marcha un Departamento de Integridad. Este departamento ha promovido reformas en el código penal implementadas por el ministerio de justicia, y se ha presentado en el extranjero como una iniciativa vanguardista.

En enero de 2014, Tebas visitó al presidente de la Sevilla a José María del Nido en la prisión e impulsó entre los socios de la LFP una solicitud de indulto en el gobierno. Encarcelado por un caso de corrupción, Del Nido también militó de joven en Fuerza Nueva y la iniciativa indignó a la prensa. Algunos diarios criticaron que Tebas y Villar sólo coincidieran para visitar a un exfalangista, y otros recordaron un artículo de 1979, aparecido en el Periódico de Huesca, en el cual Tebas advertía, delante la convocatoria de una manifestación contra el Estatuto del Trabajador: "los miembros de Fuerza Nueva actuarán con la gallardía y la energía necesarias para defender los valores de la patria".

La energía y el coraje no le han abandonado desde entonces. Tebas sencillamente ha encontrado medios más civilizados -el fútbol y el derecho deportivo- para vehicular su nacionalismo. En un país en el cual los debates han estado tan limitados por los tabúes de la dictadura y de la Transición, el fútbol ha dado mucho campo por correr. Tebas trabaja con las espaldas cubiertas por los intereses del Estado y parece que con eso tiene suficiente para sentirse seguro diciendo lo que se le ocurre y peleándose con Villar y con Cardenal.

Acostumbrado a tener muchos frentes abiertos, desde que cogió las riendas de la LFP en el 2013, Tebas ha sabido aprovechar la globalización para mejorar el rendimiento económico de la liga. Vio que los ingresos del fútbol aumentarían si se adaptaba a las necesidades de los espectadores de China y de Sudamèrica, y cambió los horarios de los partidos. Ahora se juega a futbol cuando el país está haciendo la siesta o la digestión. Así se convoca el máximo de público de todo el mundo y se saca todo el rendimiento posible a los derechos de televisión. La cuenta de resultados crece pero los clubs pequeños dicen que Tebas solo trabaja para los importantes.

El Barça es un club importante, pero en Catalunya Tebas siempre estará mal visto. Da igual que defendiera al Barça durante el caso Neymar o que se pusiera al lado de Messi, cuando Hacienda lo mandó a los tribunales. Haga lo que haga, siempre estará marcado por Fuerza Nueva y el imaginario que despierta su estilo. Las declaraciones que hizo después del partido Barça-Valencia comentando el incidente de la botella de agua ha dado pie en que el barcelonismo se indignara de la manera catalanesca.

En las imágenes yo veo que, como dice Tebas, los jugadores hacen comedia, tirándose al suelo con las manos en la cabeza. Las declaraciones del presidente de la LPF también son teatro puro, claro, porque es evidente que sólo un padre irresponsable confiaría en los futbolistas para dar ejemplo a sus hijos. La resolución del Comité de Competición dando apoyo a Tebas ha servido para que se hablara de conspiración contra el Barça. Hay quien dice que al Barça le espera el dramón de CiU. Yo supongo que, además, la questión es que con este circo todo el mundo gana una millonada.