China tiene un problema. Es un país con 1.371.000 millones de habitantes pero no consigue que su dimensión económica y social repercuta en el fútbol. Actualmente, la selección china ocupa el número 82 en el ranking que elabora la FIFA, por debajo de equipos como Honduras o las Islas Feroe.

El Gobierno chino ha convertido el fútbol en un proyecto nacional y ya forma parte de la educación obligatoria en las escuelas de primaria y secundaría. El país es consciente que tiene los recursos pero no las herramientas para explotarlos. Aquí es donde entra Sport CSKH, una empresa catalana con sede en la calle Caspe de Barcelona y que tiene el objetivo de mejorar y difundir el deporte al país asiático.

Nuevo escenario

El fútbol en China está sufriendo un cambio. En los últimos años, el país ha crecido mucho. Y eso tiene efectos secundarios, como por ejemplo, la polución. Xi Jinping, presidente de la República Popular China desde el 2013, quiso dirigir este incremento hacia el fútbol, deporte que sigue con devoción, y la cultura.

Los derechos televisivos de la Superliga, la primera división del fútbol chino, se vendieron el año pasado por 1.150 millones de euros a la empresa China Sports Media. Con el nuevo contrato, la Superliga multiplicaba por 30 los ingresos por este concepto y se acercaba a la Premier League (1.400 millones).

El grifo se abrió y los clubes empezaron a gastar el dinero para fichar jugadores de renombre en una estrategia para aumentar el nivel y la repercusión internacional de la Liga. Sin embargo, la Asociación China de Fútbol adoptó medidas proteccionistas con el fútbol local, como establecer un límite de 5 futbolistas extracomunitarios por equipo o la prohibición de fichar a ningún portero que no sea chino.

Sport CSKH aprovecha que el fútbol está de moda para importar los métodos de los equipos catalanes e implantarlos en las escuelas chinas, a niños de entre seis y ocho años. Para hacerlo, cuenta con entrenadores formados en Catalunya para desarrollar un modelo y establecerlo en las escuelas.

Cambio de mentalidad

La ley del hijo único vigente en China entre 1979 y 2015 limitó la descendencia de las familias chinas y tuvo un impacto directo en la manera de crecer de las nuevas generaciones, más individualistas. Además, las familias acomodadas todavía ven el fútbol como un deporte de riesgo, por lo que prefieren a que sus hijos e hijas dediquen el tiempo libre a otras actividades, como tocar el piano o dibujar. Eso, sin embargo, está cambiando.
 

FÚTBOL CHINA PREMIOS CSKH
Sport CSKH

Uno de los objetivos de esta empresa es contribuir en el cambio del marco mental de los niños, fomentando el trabajo en equipo y la solidaridad a través del fútbol. "Los niños idolatran a los entrenadores porque les enseñan cosas diferentes que sus profesores chinos", aseguran desde la dirección mientras remarcan que su voluntad no sólo se limita al deporte sino que también se pretende inculcar una nueva manera de proceder, transmitiendo el idioma y nuevos elementos culturales.

La aplicación de este modelo ya se está realizando, con éxito, en diez escuelas de tres provincias distintas.

¿Futuro Messi?

La intención del proyecto no es crear futbolistas para que después alimenten a los grandes clubs de Europa aunque jugar en el Barça o el Real Madrid sea el deseo de la mayoría de niños y niñas.

La voluntad es mejorar el fútbol base chino. Una voluntad compartida con el Gobierno para ver cómo la Superliga, a largo plazo, crece gracias a los jugadores locales. Aunque no se cierran ninguna puerta.

Si aparece un futbolista con cualidades similares a las de Leo Messi, por ejemplo, llevarlo a jugar a Europa supondría una "buena campaña de marketing" para el país.

De momento, Sport CSKH sólo trabaja con proyectos en China pero desde la dirección no destacan colaborar con clubs o escuelas catalanas. El deseo es recoger los frutos de su actividad en Asia en un plazo de dos a tres años y que los niños con suficiente nivel puedan venir a Catalunya para participar en algún campus de tecnificación.