Es la gran asignatura pendiente del 2017. La renovación de Leo Messi es la carpeta más importante en los despachos del Camp Nou. El contrato del argentino acaba en junio del 2018 y el club sólo tiene una salida: llegar a un acuerdo para que el futbolista siga vistiendo de blaugrana. Todo lo que no sea eso, será una losa insalvable para la directiva de Josep Maria Bartomeu.

De momento, las posiciones entre club y jugador parecen lejanas. Messi no tiene prisa para estampar la firma en su nuevo contrato, sabedor de tener la sartén por el mango. El tiempo juega a su favor y en contra del Barça, que a principios del próximo año podría ver cómo negocia con otros clubs. Pretendientes no le faltan, ni le faltarán.

Sin embargo, la postura del club no es decidida. Messi es la joya de la corona de un proyecto que desde el 2006, coincidiendo con la Liga de Campeones de París, vive instalado en el triunfo (con contadas excepciones). La continuidad del jugador no tendría que generar debates pero la masa salarial del primer equipo puede suponer un obstáculo. El nuevo contrato convertiría al delantero argentino en el futbolista mejor pagado del mundo. Una tesitura que el club tendría que estudiar como asumir.

En esta línea, el director ejecutivo del club, Òscar Grau, ha reconocido que la ampliación del contrato de Messi "es un tema que se tiene que analizar con la cabeza fría y sentido común". Desde el Barça se explica que se sigue trabajando para llegar a un acuerdo pero que existen una serie de limitaciones a la hora de ofrecerle al crac aquello que se ha ganado a pulso en el campo: "El club no puede pasar de un 70% del presupuesto dedicado a la masa salarial y, por lo tanto, tenemos que cuadrarlo. Una opción pasa por incrementar los ingresos, tal y como contemplamos en nuestro plan estratégico. Queremos tener los mejores pero quizás tenemos que "priorizar".

El máximo ejecutivo del club ha querido "tranquilizar" a todos los socios y aficionados pero siempre "desde el sentido común". Las recientes renovaciones de Neymar Jr y Luis Suárez parecían pasos adelante para conseguir convencer a Messi pero se pueden convertir en obstáculos. Neymar y Suárez seguirán jugando en el Camp Nou a cambio de una millonada, hecho que eleva notablemente los gastos de la plantilla. Además, el Barça tiene que tratar en los próximos meses tres renovaciones más (al alza): Andrés Iniesta, Ivan Rakitic y Marc-André ter Stegen.

La directiva se tendrá que focalizar en Messi, un jugador que ha tapado en numerosas ocasiones las carencias del equipo, trascendiendo las del terreno de juego. "El deseo del club es que el mejor jugador del mundo y de la historia se quede en Can Barça", ha dicho Óscar Grau. Ahora sólo falta que los deseos se conviertan en hechos. Y que Josep Maria Bartomeu no altere el orden lógico de los hechos: Messi despidiéndose del fútbol en el Camp Nou.