La Masia es una referencia y también un caso digno de estudio. El Barça es una de las mejores escuelas de formación del mundo y a veces parece que no sirve para nada. Ya pueden salir grandes generaciones y grandes futbolistas que cuando toca dar el último paso y subir al primer equipo, todo el mundo se tropieza tropieza con una gran muralla que no hay quien pueda trepar. A día de hoy se prefiere buscar a fuera jugadores con apellidos extranjeros y con informes impecables que remirar entre tus propios futbolistas.

El mejor talento de los últimos años que se ha formado en La Masia ha dicho adiós al Barça. Jordi Mboula, otro joven y brillante extremo como lo fue Leo Messi en su momento, no ha tenido más remedio que marcharse. Y eso que lo consultó con los entrenadores de la casa, pero todos ellos le aconsejaron que se fuera. Y aquí radica el grave problema. Que ni desde casa se confíe en las posibilidades de los jóvenes a progresar en el club que los ha enseñado es para hacérselo mirar.

Mercado más que ADN

Hoy día se ve un Barça menos genuino. Nueve futbolistas son los que pasaron por La Masia, y suerte que algunos les repescaron. Piqué, Sergi Roberto, Busquets, Iniesta y Messi son de los habituales los últimos años. Una cifra muy baja para un modelo que, acentuado con Johan Cruyff como entrenador, se apostó por el talento de casa.

Parece que ya no interesen los futbolistas que han crecido con una idea de juego única. Aquellos que llevan en la sangre un ADN tan envidiable, que aprenden con una manera de hacer específica para triunfar en el Camp Nou y que sólo quien se ha formado en las categorías inferiores blaugrana sabe qué pide el aficionado culé, son rechazados.

Ahora está de moda fichar a jugadores jóvenes de todas partes, contra más raro sea el apellido mejor y si tienes parentescos brasileños y tu sobrenombre acaba con "inho" ya tienes un contrato sobre la mesa esperando para ser firmado. Por mucho que digamos que la columna vertebral del Barça actual está lleno de ADN Barça y que en el banquillo tienes suplentes que también se han formado en La Masia, te das cuenta de que ya no son aquellas apuestas como fue en su día Pep Guardiola, Sergio Busquets o Pedro Rodríguez.

El talento se marcha o le obligan a marcharse

Grandes nombres han aparecido muchos los últimos años, futbolistas han seguido saliendo, pero ninguno de ellos se ha podido consolidar en el primer equipo. Los últimos ejemplos son Rafinha y Sergi Roberto, pero los dos ya superan los 24 años.

Todos recordamos casos como los de Munir, Samper o Sandro, que se han marchado cedidos para tener minutos y ahora tienen complicado seguir en el Barça. Pero también podemos mirar otros casos como Sanabria, Adama Traoré o Grimaldo, que ahora juegan lejos del Barça. Y siguiendo la lista encontramos a Cesc Fàbregas, Deulofeu, Bellerín, Icardi, Grimaldo, Onana... nombres que eran blaugrana, pero han tenido que buscarse la vida fuera de casa. Y gracias que algunos han querido volver.

Con el caso de Mboula se ha vuelto a abrir el debate porque hay futbolistas del Juvenil A o del Barça B que tienen que tomar decisiones. Jugadores como Cales Aleñá y Seug-Woo Lee tendrán que pensar bien qué hacer. Triunfar al Barça es su gran sueño, ¿pero a qué precio?

No sé si es problema de la directiva de Josep Maria Bartomeu y su modelo del Barça, si es problema del cuerpo técnico del primer equipo que no apuesta por los jóvenes, o un tema de la actual manera de formar en La Masia. Con Ernesto Valverde quizás la cosa cambie o todo sigua igual.

Pero no se ha perder la esperanza. El Barça no habría ganado lo que ha ganado sin el talento de La Masia. Y tenemos que sonreír porque Guardiola, Puyol, Xavi, Iniesta y Messi se formaron en casa y sin ellos el Barça no sería el mismo.