El Barça pierde la ida de la Supercopa de España ante un Real Madrid que ha interpretado mucho mejor el partido (1-3). El equipo evidencia muchas carencias y deja claro que necesita refuerzos si quiere luchar por levantar títulos a final de temporada.

Un Clásico extraño

El Madrid ha cambiado el color blanco por un azul turquesa que deslucía un partido que ha construido su mística a base de tradiciones irrenunciables. El azul y el grana se han convertido, con el paso de las temporadas, en la oposición al blanco. El marketing se ha impuesto a la lógica.

El Camp Nou ha presentado una buena entrada pero no se ha llenado. Los 89.514 aficionados que han visto el debut de Valverde en el banquillo, gran parte de ellos extranjeros, modificaban el talante habitual del campo en partidos de esta magnitud. La ausencia de socios (el partido no entraba en el abono de temporada) ha posibilitado que se vieran muchas camisetas blancas.

En medio de este decorado ha sonado el himno del Barça para dar la bienvenida a un equipo que se ha plantado al primer partido oficial con la única novedad de Gerard Deulofeu en el once inicial. Deulofeu, después de su buen papel en el Gamper, volvía a ser el elegido para ocupar al hueco de Neymar, que ya golea con el PSG en Francia.

Duelo de banquillos

Valverde no inventaba en su estreno. Los 11 mejores del Barça, a 13 de agosto, han empezado el primer asalto de la Supercopa. Zinedine Zidane, en cambio, ha tenido que recurrir a la segunda unidad para llenar el agujero de Luka Modric, sancionado. El técnico francés ha hecho jugar a Mateo Kovacic en medio del campo y ha vuelto a dejar Cristiano Ronaldo en el banquillo. Gareth Bale y Karim Benzema volvían a ser la punta de lanza de su ataque.

Zidane, con un planteamiento arriesgado y valiente, ha querido sorprender al Barça en los primeros minutos. Con una presión muy alta, el Madrid ha obligado en Ter Stegen a jugar en largo muchas pelotas, cometiendo errores que han podido costar más de un disgusto. El Barça no se encontraba cómodo con la pelota en los pies. Imprecisiones y falta de entendimiento en un primer tramo marcado por la ausencia de ritmo. No parecía un Clásico. Sí un partido de pretemporada.

Leo Messi ha empezado a entrar en juego aprovechando el factor sorpresa de Jordi Alba y Aleix Vidal. Los dos laterales han sido los más activos en ataque, llegando desde segunda línea a la frontal del área. Busquets e Iniesta se han convertido en los mejores aliados de Messi. El juego pausado ha favorecido a un Barça que, poco a poco, ha ido entrando en el partido.

Luis Suárez ha tenido la más clara de la primera parte después de un pase al espacio de Iniesta. Su disparo lo ha detenido Keylor Navas en dos tiempos. Isco ha sido el encargado de aguantar el Madrid cuando más dudas podía tener. El mediocampista andaluz era el punto de partida de todas las jugadas de ataque, inofensivas por la poca precisión de Bale.

El árbitro ayuda a Piqué

Gerard Piqué estaba siendo uno de los más destacados del Barça pero la mala fortuna se ha ensañado con él. En una jugada aparentemente inofensiva, Piqué ha desviado un centro lateral de Marcelo para engañar a Ter Stegen y marcar el primer gol del partido. Al Barça le quedaban 40 minutos por delante para intentar reaccionar y mantener con vida la Supercopa.

Messi ha tenido una doble ocasión que se ha paseado por encima de la línea de gol y Suárez un cabezazo que ha desviado Keylor a córner. El Barça lo intentaba empujado más por el corazón que por la cabeza. Al equipo se le apagaba la luz cuando cruzaba el medio del campo y abandonaba el juego asociativo para entregarse a las individualidades. Zidane ha aprovechado la ocasión para dar entrada a Ronaldo y buscar el 0-2 en un contragolpe.

Valverde también ha movido el banquillo. Denis y Sergi Roberto han sustituido a Deulofeu e Iniesta. Al Barça le faltaba un plan e intentaba corregirlo con voluntad ante un Madrid que se encontraba muy cómodo defendiendo centros laterales. Ter Stegen ha evitado el segundo de Marcelo antes de que el árbitro anulara un gol a Ronaldo por fuera de juego. El Barça jugaba a la ruleta rusa. Y el árbitro ha sido decisivo. Luis Suárez ha engañado a Ricardo De Burgos Bengoetxea para que silbara penalti después de un choque con Keylor. Y Messi no ha fallado.

Cristiano desnivela la Supercopa

Con el empate, el Barça ha ido a buscar el segundo. El Camp Nou ha vuelto a conectarse pero la reacción del Madrid ha sido demoledora. Con la defensa blaugrana fuera de sitio, Cristiano Ronaldo ha aprovechado un contragolpe para clavar un disparo desde el vértice de la frontal del área que se ha colado por la escuadra. Imparable.

El portugués, muy silbado, se ha quitado la camiseta para celebrar el gol ante el lateral del estadio. Una celebración que le ha costado una tarjeta amarilla. En la siguiente jugada, el árbitro ha interpretado que simulaba penalti después de chocar con Umtiti y le ha enseñado la segunda. Expulsado.

El Madrid no ha sufrido con 10 jugadores y el Barça ha agudizado sus problemas, sobre todo con la pelota y en ataque estático. Marco Asensio ha aprovechado otro contragolpe para sentenciar el partido con un gran disparo.

Baño de realidad para un equipo que necesita mejorar. Y fichar.