Sergi Vicente (1975) se hizo un nombre como corresponsal de TV3 en China, donde pasó trece años. Desde hace dos y medio es director de betevé, antes Barcelona Televisió y Barcelona FM. El plan de Vicente es que betevé sea algo más que la tele local de la ciudad de Barcelona y se convierta en una marca de contenidos transmèdia de la marca Barcelona, que representen el estilo y la cultura de la ciudad en varias pantallas: tele, radio, web, redes sociales... Aún le queda medio mandato, tres años, para redondear su proyecto.

¿Qué se ha hecho en concreto estos dos años y medio en betevé?
Hemos hecho un cambio de planteamiento de la linealidad a la transversalidad y también una reorientación de contenidos. En informativos no hay cambio de orientación porque son nuestra misión principal, que se mantiene. La novedad es cómo trabajamos los formatos en las diferentes pantallas y poner acento en el detalle, sobre todo en los barrios. El gran hallazgo ha sido Básics, un programa que nos permite profundizar en el debate político sin estridencias. Nos hacía mucha falta.

...Básics en lugar de La Rambla, una tertulia estridente.
Dejamos de hacer La Rambla porque yo no creo en este formado. Me parece legítimo para una televisión comercial pero no en una pública. Lo que más nos ha costado son los formatos de entretenimiento. Creo que ya lo tenemos con Codi de Barris, que es entretenimiento con contexto y recupera el formato de la queja social. También hemos consolidado el acento en la cultura, que es un punto diferencial: Àrtic es un formato impecable; Lògic, que acabamos de estrenar, es de premio; o Rius de Tinta, por ejemplo.

Eso es la tele de siempre. ¿Y en las otras pantallas?
Ya estamos en las plataformas digitales, sobre todo en las principales, Movistar y Vodafone. Antes no estábamos. Respecto a la estrategia en redes sociales, hasta ahora hemos reflexionado mucho. Este año se aplicarà. También empezaremos a diseñar la estrategia para YouTube, importantísima. No podemos sólo como ahora, de forma presencial, sino específica, con gente que sepa como moverlo. La web está pendiente, porque no está a la altura de lo que querríamos. Pero ya tenemos una web responsive [que se adapta a cualquier pantalla] que no teníamos. En radio, donde nos hace falta más voz, tenemos que hacer una mejor y más sólida programación.

Están a medias.
Aplicaremos  estos cambios gradualmente. No podemos hacerlos de golpe. Estoy a punto de llegar al ecuador de mi mandato [de seis años] y creo que en los segundos tres años se notará la aplicación. Respecto a las audiencias, estamos construyendo un cuadro de audiencias transversales, que comprenden un universo mayor que el de la TDT. Las audiencias de TDT no son una medida adecuada.

¿Por qué?
Primero por la muestra. En el área metropolitana de Barcelona, donde viven 2,5 millones de personas, hay sólo 113 audímetros [el aparato que mide el consumo de tele en cada casa]. Eso no es científico. Un Si alguien con audímetro olvida el televisor encendido o apagado puede causar variaciones de hasta el 8%. Los márgenes de error son escandalosamente altísimos. El segundo problema es que sólo se mide un solo tipo de pantalla en un momento en que la audiencia se desplaza del modelo tradicional de TDT al resto de pantallas, que no se cuantifican.

¿A qué otras pantallas se refiere?
La televisión de pago, que ha ganado un punto en un solo mes, el pasado. El vídeo on demand [el sistema de plataformas digitales de las telefónicas], en España tiene al mismo nivel de consumo que la televisión en directo... Aquí hay una revolución. ¡Y sin contar YouTube! El sistema de certificación de las audiencias ha quedado obsoleto. Medir el éxito de un medio en función de lo que hace en la TDT, aunque sea un hábito adquirido, ya no sirve.

Pero el principal canal de betevé es la TDT. Y aquí la audiencia cae mucho.
La TDT es una ventana importante, pero tenemos muchas otras ventanas y disponemos de indicadores fiables que nos dicen que no perdemos audiencia. No doy cifras concretas porque no las tenemos auditadas. En Twitter hemos superado a los 100.000 seguidores y cuando llegué teníamos 40.000. El 3/24, que es la ventana de noticias de TV3, tiene 325.000 si no me equivoco. Nuestro número de seguidores es 200.000 sumando Twitter y Facebook. [En la web], el otro día batimos el récord de usuarios en un solo ítem informativo: 35.000. Todo eso aún no está incorporado al discurso oficial, pero no se nos puede medir sólo por la TDT porque es muy injusto.

Sí, pero la caída de la audiencia en TDT querrà decir alguna cosa.
Marca tendencias. Pero cuando hay una tendencia clarísima hacia otras pantallas, perdemos todos [los operadores de TDT]. Lo que es dramático no es que betevé pierda la mitad de la audiencia en 21 meses sino lo que pasa con la televisión en catalán. Hemos perdido por término medio un 25% de audiencia. Este es el problema real.

Quizás es que las teles públicas son aburridas.
¿Quién mira la TDT hoy día? Gente de 50-60 años para arriba. La gente joven no mira la tele. Bueno, sí, pero a la carta. Y la adquisición de usuarios se hace cada vez más via pantalla móvil, por eso necesitábamos la web responsive. Los anunciantes cada vez se fijan menos en cuestiones como "tengo tantos clics", sino en qué gente lo ha visto, cuáles han visto el vídeo hasta el final, cuáles son los públicos relacionados con el contenido que sirvo, o si lo sirvo en la pantalla adecuada. Para nosotros,este és el reto.

¿Pueden competir para recuperar audiencia?
En este momento de revolución, si quieres competir puedes hacerlo de tres maneras. Una, con los deportes de competición, derechos del fútbol, etcètera, que nosotros no podemos pagar. Dos, con ficción de muy buena calidad. The Walking Dead, en Fox [un canal de pago], ha llegado a sumar 340.000 espectadores en España. [Esta cifra] en el ámbito de la TDT [equivale a] un 10% de share. Tres, con el entretenimiento de gran formato en directo: realities, late-shows... Cosas que nosotros no podemos y no queremos hacer. En las teles públicas en catalán emitimos informativos, cultura, divulgación, híbridos entre entretenimiento y divulgación... Estamos muy convencidos de eso porque somos un servicio público y tenemos que servirlo con calidad... Pero con los presupuestos que tenemos..

Betevé ha hecho desaparecer "TV" de su marca y también la indicación territorial porque no quiere identificarse con un medio obsolescente ni presentarse como un medio local. Pero betevé sigue siendo una televisión local aunque no se diga.
Nosotros debemos hacer televisión y tenemos que hacer radio. Pero tenemos las otras pantallas. Cada vez que hacemos un contenido, eso que siempre hemos denominado programas, tenemos que ver dónde jugarlo mejor. Quizás no interesa que pase por la radio porque tiene una presencia visual muy fuerte. En otros casos estará clarísimo que vaya por la radio, o por Instagram, o YouTube. Pero no todo se pasará por todas las pantallas. Nos volveríamos locos. Lo que tendremos que hacer está, en términos macro, una estrategia transversal, transmedia; y, en términos micro, ver en cada caso de qué manera lo empaquetamos.

Es decir, que no estamos hablando de una programación común a todos los soportes.
A ver, detrás de todo eso hay personas. No hacemos churros. En Estados Unidos producen transmèdia con presupuestos de 500.000 euros. Nosotros lo hacemos con mucho menos dinero. Exigimos a las productoras, pero también entendemos que puedes hacer hervir la olla hasta un cierto punto, porque detrás de todo eso tienes que tener equipos para hacerlo.

¿Cómo se hace bien una programación transmèdia cuando no tienes dinero?
Con imaginación. Aquí está donde pedimos que las productoras se mojen. Un contenido en esta línea es Rius de Tinta, un formato que nace en las redes, evoluciona en televisión, tiene ramificaciones a la radio y a YouTube y que de alguna manera devuelve las redes con concursos, clubs de lectura...

¿Pedía este proyecto una nueva marca?
No era creíble hacer el cambio de modelo si la marca no lo acompañaba. Desde el 2005 que no cambiábamos el branding de betevé. Estamos en plena transición. Pero no puedes transmitir la transición si tienes una marca que te pesa porque explica una cosa que no eres o que ya has dejado atrás. No puedes hacerlo si tienes una marca donde pone Barcelona Televisió, con un logo que es una B (con el problema que te identifiquen con el Ayuntamiento, aunque nuestra gestión es autónoma). Teníamos una radio que se llamaba Barcelona FM, nombre totalmente diferente, y otra marca que era BTV Notícies. Todo eso pesaba mucho a la hora de presentar una estrategia transversal. La verbalización "betevé" resuelve el problema principal, la transversalidad, sin perder el vínculo con el origen.